Dream Scenario (2023)

Como hice mención en su momento cuando escribí sobre Renfield (2023), Nicolas Cage ha regresado al buen camino seleccionando con más tino sus proyectos, siendo la cinta de la productora A24 de la que hoy hablo, Dream Scenario, segundo proyecto para cine del director y guionista Kristoffer Borgli, la que lo ha vuelto a posicionar muy cerca de los miembros de la lista A, con nominación al Golden Globe incluida.

En esta ocasión, la historia que navega entre el drama y la comedia, con tintes de fantasía surrealista, inicia contándonos la anodina vida de Paul Matthews (Cage), un profesor de biología de preparatoria que pasa sus días hundido en la monotonía, habiendo visto pasar su vida sin lograr ninguno de los sueños que tuvo en su juventud. A pesar de tener un trabajo estable y contar con una familia en apariencia funcional conformada por su esposa Janet (Julianne Nicholson) y sus dos hijas, Sophie (Lily Bird) y Hannah (Jessica Clement), es evidente que la insatisfacción domina su existencia.

La trama entonces toma dos puntos para dar ese giro que la vuelve interesante: primero, la presencia de una compañera de juventud de nombre Sheila (Paula Boudreau) quien piensa publicar un libro que toma como base algunas cuestiones que Paul le dijo años atrás, a quien termina suplicando (sin éxito) por un poco de reconocimiento, lo que nos muestra su desesperación por trascender en alguno de los aspectos de su vida; y luego está el segundo punto, en la forma de una ex novia periodista  Clarie (Marnie McPhail), quien le comenta que ha estado soñando con él, como simple espectador de sus sueños, sin ningún motivo, y le pide permiso para escribir sobre lo que está ocurriendo en estos, a lo que él accede.

A partir de este momento, la vida de Paul cambia, cuando resulta que miles de personas, tanto conocidos, como desconocidos. comienzan a sufrir el mismo fenómeno, todos sueñan con él. No es que los protagonice, los sueños varían de unos a otros, pero él aparece como una figura recurrente, espectador nada más, sin interactuar en ningún momento, lo que lo vuelve de la noche a la mañana en una figura conocida por todos, volviéndose un tipo de celebridad viral. 

Con esta premisa, el director reitera por un lado la obsesión que tiene la sociedad actual por llamar la atención, tal cual expuso en su trabajo previo, la comedia negra Sick of Myself (2022) en la que la protagonista es capaz de todo con tal de llamar la atención del mundo que la rodea y conseguir ser el centro de las prioridades de su famoso novio. Sin llegar a estos extremos, pero con un trabajo más pulido (por lo menos en los dos primeros actos, antes de que la premisa se pierda un poco y se transforme en un capítulo de Black Mirror), en Dream Scenario se nos enseña la celebridad instantánea que le llega a un hombre sin un aparente talento verdadero o una personalidad atractiva, que no es ni bueno ni malo, pero que logra posicionarse entre el colectivo mediático tan sólo por ser conocido, algo así como un influencer de esos que ahora se dan por centenares cada año a pesar de que sus contenidos carecen de sustancia o el caso de la familia Kardashian, quienes son famosas sólo por ser famosas. 

Como toda cinta de A24, la historia puede tener diferentes lecturas, por lo que me quedaré en la más notoria, como es la obsesión por crear figuras a las cuales adorar, a pesar de no tener una idea del porqué de dicha enajenación con estas. En este sentido, Paul pasa de ser un completo don nadie a una personalidad a la que se le piden autógrafos y selfies, su esposa comienza a beneficiarse de la fama de su marido y las agencias publicitarias tratan de ofrecerle jugosos contratos para tenerlo entre sus filas, a pesar de no saber a ciencia cierta como utilizarán esta omnipresencia de su cliente potencial para comercializarla. Este mismo contexto nos sirve para hablar del otro lado tan notorio en la naturaleza humana, destruir y rechazar lo que una vez amamos, porque ha pasado de moda o por la simplemente satisfacción de ver acabado a alguien que ha logrado algo que los demás no. Como ha sucedido con cientos de celebridades virales y mediáticas, llega un momento en que la fama juega en contra de Paul y su vida comienza a tornarse en una pesadilla, como si fuera su culpa lo que las representaciones oníricas de las personas proyectan, provocando que todo a su alrededor comience a desmoronarse sin que él pueda evitarlo.

En medio de toda esta trama de fantasía, se nos muestran otras que hablan de las segundas oportunidades, de lograr algo que parecía imposible, pero también del consumismo de una sociedad que se atraganta de los nuevos fenómenos, hasta quitarles el ultimo ápice de sustancia y sabor, digerirlos y desecharlos cuando aparece el siguiente. Paul pasa de moda, pero esto abre una enorme oportunidad para que el capitalismo monetice el fenómeno, ya no lo necesitan, pero han encontrado la manera de replicarlo, volviéndolo en algo que puede venderse, creando sensación, hasta que aparezca algo que lo haga palidecer y pasemos a la nueva tendencia viral. Todo esto en un tercer acto que, si bien mantiene calidad, se deslinda del tono de los dos primeros, por lo que la historia puede sentirse un poco desequilibrada en su última recta, dejando a Paul con aspectos sin tratar o redondear, más no por eso provocando que la totalidad del guión pierda originalidad o calidad.

Y si es que la película logra mantenerse a pesar de sus pequeños fallos, a la par de una historia por demás original e innovadora, y el apoyo de un apartado técnico tan atractivo como su premisa al momento de crear los sueños y pesadillas de las personas, es por la actuación protagonista de Nicolas Cage, quien posiblemente brinda en esta ocasión uno de sus mejores trabajos, lo cual, aunque para muchos sea únicamente el actor venido a menos de películas de dudosa calidad, es mucho decir. Su Paul pasa por una serie de situaciones y emociones que le permiten, con una mesura y contención en algunas secuencias y quiebres notables en otras, mostrar una gama interpretativa que teníamos mucho de no verle. Si en Pig (2021), habíamos visto de lo que era capaz con su seco y estoico personaje, en esta ocasión se permite mostrarse patético, luego lo vemos ilusionarse al sentirse especial por primera vez, para luego llenarse de frustración cuando ve que las cosas no son como hubiera querido, con una corporalidad de aplauso y con un desarrollo de personaje que te hace compadecerlo y entender su actuar en todo momento. Cage está enorme en este proyecto, el que posiblemente estaba esperando para recordarnos de lo que es capaz y que hace que valga la pena pagar un boleto para verla. 

Dream Scenario tiene su estreno programado para dentro de dos semanas en salas mexicanas, uno demasiado tardío para una de las cintas más originales del año pasado y que debió tener un mayor peso en la temporada de premios. No para todos, eso es evidente, cercana a las historias escritas por Charlie Kaufman o Spike Jones, esas que pueden ser tachadas de intelectuales por algunos sectores y se tienden a rechazar por el público masivo; pero que al mismo tiempo, si se les da la oportunidad, se vuelven clásicos de culto que terminarán siendo adoradas por muchos. Una cinta totalmente recomendable en medio de los enormes estrenos que poco a poco comenzaran a llenar nuestras carteleras, por lo que puede pasarse por alto, pero que, en definitiva, se le debe dar una oportunidad.

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