Mission: Impossible – The Final Reckoning (2025)
Cuando se estrenó la primera parte de este cierre hice un viaje en el tiempo desde sus inicios con la primera cinta, hasta la época actual con la espectacular Mission: Impossible – Dead Reckoning (2023), por lo que esta vez no haré un párrafo de entrada, no es necesario, ya que prácticamente todos sabemos que han transcurrido 29 años desde que el viaje de Tom Cruise como Ethan Hunt inició, así como que este termina con la cinta de la que me toca escribir.
Para los que no vieron la anterior, esta inicia 2 meses después de los sucesos ocurridos en esa, con la revelación del verdadero enemigo The Entity, la AI que tomó conciencia en el submarino soviético Sebastopol, amenazando con causar la destrucción de toda la humanidad; así como con Ethan (Tom Cruise) en posesión de la llave que logró quitarle a Gabriel (Esai Morales) en Austria, con la que se puede destruir o tomar control de la enemiga virtual. Con esto como base, las cosas se mantienen igual que en la anterior, con todos los países luchando por tener el control de The Entity, a pesar de que la opción lógica y viable es destruirla como Ethan y su equipo quieren, pero no, los gobiernos parece que están luchando por ver cuál es más inepto de todos y desean la autodestrucción, ya que no seden a pesar de que sus armamentos nucleares comienzan a ser tomados uno a uno por la malvada AI; por su parte Eugene Kittridge (Henry Czerny) continúa interponiéndose en el trabajo de Ethan como si su verdadera función fuera la ruina de los Estados Unidos y no su protección. Hasta aquí todo normal dentro del comportamiento de los personajes secundario en lo que se refiere al cine de acción, donde parece que sólo el protagonista y sus amigos son capaces de darse cuenta de lo que les conviene a todos e intentan hacer lo correcto.
Con esto dicho ¿Cuál es el rumbo que toma la trama para las historias de los personajes y la saga? Como se pudo ver desde la cinta anterior (y en muchas ocasiones previas para el cierre de otras franquicias), se mantiene la idea de voltear al pasado para esto. La diferencia ahora es que, mientras en Dead Reckoning se nos presentó al personaje de Gabriel, quien es el responsable fuera de cámara y nunca mencionado de que Ethan haya ingresado a las filas del IMF, ahora el director Christopher McQuarrie, junto al guionista Erik Jendresen, utilizaron una línea narrativa que inició en Misión: Imposible III (2006), utilizando de vuelta la misteriosa Rabbit’s Foot.
Aviso que a partir de este momento habrá spoilers sobre el plot twist principal, así que pueden dejar de leer si así lo quieren. En aquella cinta, Ethan tiene que hacerse con dicho artefacto creado por los chinos (porque siempre debe ser un país con sistema político no capitalista el causante del mal), el cual se creía que era un arma biológica de gran escala. Como nuestro protagonista nunca falla, es capaz de apoderarse de él, dejándolo al cuidado del IMF. Al final de la cinta, Ethan pregunta qué era en realidad dicho dispositivo, pero por una decisión personal no recibe la respuesta y eso se había mantenido en el aire hasta este momento. Resulta entonces que la Rabbit’s Foot nunca fue un arma biológica, sino un software con AI capaz de infiltrase y vulnerar cualquier sistema de seguridad, por lo que todos los países y grupos de crimen organizado lo deseaban.
El gobierno estadounidense, que se lo quitó al IMF y es maestro en convertir todo en un arma que luego les explota en la cara, lo utilizó para el hackeo del submarino Sebastopol, donde al infiltrase se topa con algo que provoca que está mute, tomando conciencia y autonomía, saboteando el submarino, convirtiéndose en The Entity. ¿Vamos entendiendo? Sí Ethan no se hubiera hecho con el dispositivo y no lo hubiera entregado al IMF, nada hubiera sucedido; posiblemente otro grupo se hubiera hecho con este y hubieran puesto al mundo en peligro, pero jamás hubiera terminado en el submarino y evolucionado, por lo que Hunt es el responsable y, por ende, el que debe solucionar el caos que causó.
La historia seleccionada puede gustar o no, pero eso es irrelevante, porque esta es la película de Tom Cruise y Christopher McQuarrie, por lo que si no se está de acuerdo con decisiones creativas en la trama, pues entonces cada uno haga su propia película y listo, has lo que tú quieras ver en pantalla. Esto no lo digo por defender esta cinta, todos nos hemos topado con productos, ya sean originales o adaptaciones, donde pensamos que tal o cual cosa hubiera sido mejor, pero el hubiera no existe y lo que estás viendo es lo que se decidió y punto, como el asesinato de cierto personaje en la película anterior que casi me hizo vomitar del malestar, pero yo no la escribí, así que tal vez debería crear un crowdfunding para hacer mi propia versión donde no muere y termina de protagonista, pero mientras eso no pase, el personaje está muerto y enterrado.
Ahora, diciendo esto, una vez tomadas las decisiones con la línea narrativa, una cosa muy diferente es lo que se haga con ellas y sobre eso si se puede dialogar. La saga Mission Impossible siempre ha sido una con tramas rebuscadas, mucha adrenalina, montajes frenéticos y toneladas de acción, ese tipo de película que está diseñada para tenerte al filo del asiento de principio a fin y había cumplido hasta el momento, sí, en pasado.
Con una duración cercana a las 3 horas, cosa que no es mala por sí misma, sin que la cinta sea un descalabro como tal, en esta ocasión algo ha sucedido, ya que el tiempo se siente innecesariamente largo y algunas secuencias se extienden más de lo deberían. En el aspecto técnico seguimos sin queja, todo esta donde debe y es espectacular, ya sea visual o sonoramente hablando; con Tomsito igual, el sigue cumpliendo a sus más de 60 años, con el carisma y brillo de estrella que le queda y la capacidad física para hacer acrobacias que yo a mis 40 y tantos sólo puedo soñar, aplausos para él. No, el problema se da en otro lado que está ligado al ritmo y montaje de la película, así como con su guión.
Primero, en esta ocasión se tiene un inicio sin el impacto suficiente para igualar a sus predecesoras, cosa que puede ser entendible tomando en cuenta que es la mitad de algo más grande. Dejando esto de lado, ya que una vez que las primeras escenas quedan atrás, se retoma el ritmo al que nos tienen acostumbrados y los dos primeros actos, casi completos, logran que estemos atentos e interesados. El problema se presenta en la recta final, donde las cosas parecen salirse de control y pareciera que fuera hecho por otro equipo creativo.
La película tiene dos puntos máximos de acción, uno en un submarino y otro sobre uno avión, con el primero no hay queja porque está muy bien realizado y se puede comparar a otros de la franquicia en cuanto a espectacularidad, aunque es donde se dan los momentos más carentes de sentido de la trama, ya que resultaría imposible que un ser humano sobreviviera a dichos sucesos, pero es Ethan Hunt, así que no diré más.
El segundo momento es el que da problemas, ya para ese momento el villano humano ha comenzado a actuar como un desquiciado que llega a niveles insospechados de sobreactuación y se vuelve irrisorio, pero, sobre todo, porque la secuencia se alarga tanto que se siente eterna y anticlimática; claro, otra vez Tom cumple con sus acrobacias, pero al ni siquiera estar musicalizada o sonorizada de manera que ayude a crear el momento y con una montaje torpe, después de 10 minutos de ver al protagonista luchar por no caer, ya no te interesa mucho el resultado, que de todas maneras sabemos será positivo. Es casi increíble que esta cinta haya sido editada por Eddie Hamilton, quien venía haciendo un trabajo increíble desde Mission: Impossible – Rogue Nation (2015) e incluso en Top Gun: Maverick, por la que fue nominado al Oscar; aquí le ha fallado el buen ojo y es por mucho la más deficiente en este sentido de todas las que ha estado involucrado.
Por último llegamos a la parte del guión, porque una cosa es el argumento (decisiones narrativas) y otra el guión. En este sentido es donde mayores problemas tiene la película y no es que estemos buscando una obra casi documental, se sabe el tipo de historia que está por verse; pero por lo mismo, se espera que esta por lo menos tenga momentos memorables o entretenga, así como un mínimo de congruencia. Lo primero que salta es que, una vez definida la capacidad y alcances de The Entity, no se haya hecho nada con ella. Claro, es una AI que se encuentra en el ciberespacio y se creó la forma de que en una secuencia Ethan interactúe con ella, pero dejando de lado que haya logrado apoderarse de las armas nucleares (cosa por demás terrorífica), nunca vemos su verdadero potencial como ser omnipresente y omnipotente cuyo alcance no tiene límite; se nos dice que ha manipulado tal o cual cosa, pero jamás nos muestran de lo que es capaz a corta distancia o en momentos más íntimos con el protagonista, ya que sólo acecha desde las sombras, pero si es tan poderosa como se dice, hubo muchos momentos en que pudo detener los planes para acabar con ella y no lo hizo.
El otro villano, Gabriel, posiblemente es quien represente mayores contradicciones y momentos débiles en la narración. Tomando en cuenta que al sentirse traicionado por su exjefe virtual, ahora trata de tener control sobre este y pasa toda la película gritando que necesita cierto dispositivo para tener dicho control, para en el tercer acto actuar como si quisiera la destrucción del aparato, ya sea dejándolo ante la posibilidad de ser destruido en una explosión nuclear o cayendo desde cientos de metros y terminar colisionado contra el suelo. Sus acciones no tienen el mínimo sentido y chocan los que parecían ser sus planes originales.
Algo que no favorece en ninguno de los dos sentidos, es el constante recordatorio de sucesos pasados, ya que pudieron obviarse y no se afectaba la trama. Posiblemente los agregaron por si una parte del público no ha visto la totalidad de la franquicia, pero un guión bien escrito no necesita parecer un capítulo de relleno con los mejores momentos de la temporada para funcionar, ya que pudieron haberse quedado tan sólo con la parte referente al origen de The Entity y ver la forma de recordar otros aspectos sin dañar el ritmo y aumentar la duración de la película, lamentablemente optaron por lo fácil y se nota.
Puede parecer que odié esta entrega, pero no es así, ya que Mission: Impossible – The Final Reckoning no es mala como tal, ya lo dije, supera por mucho a otros blockbusters de acción en cartelera, tiene buenos momentos y otros no tanto, pero termina siendo decepcionante después del nivel que venían manejando. Duele ver que esto suceda cuando se nos ha dicho que es el cierre definitivo de la saga, cosa que parece más que probable con las pobres recaudaciones en la taquilla que han tenido las dos partes de este final. Tom Cruise y su director aceptaron la misión y tristemente fallaron en crear algo memorable que se quede en la memoria colectiva, ya que este final es, sobre todo, completamente olvidable.