Scream VI (2023).
What’s your favorite scary movie? Han pasado 27 años desde que escuchamos por primera vez esta pregunta que se volvería una de las más icónicas del cine. La pequeña cinta slasher Scream (1996) de Wes Craven, terminó reviviendo un género que parecía no dar para más, convirtiéndose en un fenómeno sociocultural y de taquilla que cambió muchos de los patrones establecidos, mientras estos se satirizaban y analizaban en pantalla, para luego romperlos a lo largo de la película. La mancuerna desarrollada entre el director y el guionista Kevin Williamson resultó tan fructífera que su creación se volvió una de las producciones generacionales que mejor definen la década de los noventa.
Terror + popularidad + elevados ingresos de taquilla = secuelas. A la fecha se han producido 3, dirigidas por Craven y escritas por Williamson, realizada la última en el 2011, en la cual se intentó modernizar la historia con un reparto más joven, aunque manteniendo el tono y a al reparto original, pero no tuvo los resultados económicos de sus predecesoras. Si con lo anterior no bastara, con el escándalo Weinstein y la muerte de Craven en el 2015, se pensó que habíamos visto lo último de los personajes, pero gracias a la compra de los derechos por parte de Spyglass Media y el regreso de Williamson como productor, se realizó otra cinta que se estrenó en el 2022, con el nombre de la original, esta ocasión sin número.
Sí, las cuentas no salen, ya que acabo de decir que sólo se han realizado 3 secuelas, entonces ¿por qué no menciono esta? Como se nos explica a detalle en la cinta misma, la quinta entrega ya no puede ser considerada como tal, porque es una “recuela”, término casi creado para la cinta y que resulta de la mezcla de reboot con secuela. Es decir, la historia debe ser un tratamiento nuevo, alejándose lo suficiente para tener una identidad propia, pero no tanto para que se considere un producto aparte, sabiendo que esto tiende a hacer fracasar muchos de los reinicios de sagas, por lo que se deben mantener ciertos personajes y múltiples referencias a las originales, pero compartiendo el peso con el nuevo reparto y estilo de realización que debe adaptarse a los tiempos que vivimos. Como el experimento funcionó mejor de lo esperado, esta semana se ha estrenado una nueva entrega, con el nombre de Scream VI, dirigida otra vez por Matt Bettinelli-Olpin y Tyler Gillett, encargados de la anterior, ahora llevando su producto a otro nivel, haciéndola la más metacine hasta el momento y de la que escribo a continuación.
La historia vuelve a tener como protagonistas a las hermanas Carpenter, Sam (Melissa Barrera) y Tara (Jenna Ortega), quienes se han mudado a New York tratando de continuar con sus vidas, después de lo ocurrido un año atrás en Woodsboro. Para los que no vieron la anterior, en aquella cinta se nos revela que Sam es en realidad hija de Billy Loomis, el asesino de la primera película, mientras su hermana es la única sobreviviente hasta el momento de las secuencias iniciales que se han vuelto la marca de la franquicia. A ellas las han acompañado los otros dos que libraron la entrega pasada, los hermanos Meeks-Martin, Mindy (Jasmin Savoy Brown) y Chad (Mason Gooding), sobrinos de Randy Meeks (Jamie Kennedy), el experto en cine de terror que se salva en la primera Scream, pero es asesinado en la segunda. Salvo Sam, que se la pasa recluida o en terapia, debido a que no puede superar lo acontecido un año atrás, así como al ciber acoso en el que se le acusa de ser la verdadera asesina detrás de los crímenes que cometió su exnovio, el resto ha ingresado en la universidad y tratan de continuar con sus vidas.
Al ser una cinta slasher, es evidente que esto no va a suceder, ya que al inicio de la película, como siempre pasa en esta saga, se nos muestra una muerte, en este caso la de una maestra del campus donde estudian, de nombre Laura Crane (Samara Weaving). Y aquí es donde inician las diferencias con el resto de las películas, ya que vemos el rostro de quien comete el asesinato y somos testigos de cómo este deja la máscara utilizada en el lugar, lo que nos indica que está por suceder algo diferente a lo que estamos acostumbrados en estas secuencias iniciales. Como siempre, al terminar esta escena, es cuando la película comienza en realidad.
Debido al descubrimiento del cuerpo y la máscara que se usó en el crimen, con rastros de ADN de un personaje de la película anterior, los protagonistas se dan cuenta de que las cosas se están repitiendo, por lo que deben decidir que hacer al respecto, pero no llegan a una resolución. Dando tiempo a que Gale Weathers (Courteney Cox) haga su aparición, a quien las hermanas no quieren ver debido a que, tal cual como sucedió en la segunda película, ella ha escrito un libro sobre lo ocurrido un año atras, aunque había jurado no hacerlo; es ella la encargada de informar que ha hablado con Sidney Prescott (Neve Campbell), quien en esta ocasión no acudirá en su auxilio, ya que ha decidido moverse a un lugar seguro en lo que todo se resuelve para proteger a su familia. En su lugar, llega la única sobreviviente de los crímenes del 2011, Kirby Reed (Hayden Panettiere) ahora como agente del FBI, esperando poder ayudar para resolver los crímenes. Después de esto es que Mindy (la experta en cine de estas versiones), explica que ahora se encuentran en una franquicia, por lo que ni siquiera los considerados legados de las originales pueden sentirse seguros (lo cual no es bueno para Gale y Kirby), como pasó con Dewey Riley (David Arquette), quien fue asesinado en la cinta anterior, después de sobrevivir durante 4 entregas; de la misma forma, menciona como los sobrevivientes recientes tampoco están a salvo o se puede confiar en ellos, al igual que los nuevos personajes pueden estar ahí solo como carne de cañón o ser los asesinos mismos.
Los que vimos la anterior, al tanto de que la premisa es muy parecida a la original, tal vez en esta segunda parte de la renovación encontremos paralelismos con Scream 2, debido a guiños que nos recuerdan ciertas situaciones, sin que podamos asegurar del todo al perpetrador de los asesinatos, a pesar de que por momentos ocurren cosas que ya deberíamos tomar como advertencia, después de escuchar durante 5 producciones las reglas sobre este tipo de cine. Esto es el universo de Scream, por lo sabemos lo que va a ocurrir a grandes rasgos, pero no importa, porque lo disfrutamos y estamos al tanto de que no debemos tomarnos tan en serio lo que estamos por ver, ya que no pretenden descubrir el hilo negro, pero cumpliendo al momento de cubrir las dosis de sangre y humor necesarios para que cada nueva producción siga funcionando. Con ese aire de género whodunit (¿quién lo hizo?) que la ha caracterizado desde el inicio, esta cinta recurre al mismo formato para mantenernos por dos horas con la duda en la cabeza sobre quien o quienes son los asesinos y sus motivos.
El hecho de que esta sea la sexta de la saga no impide que el argumento y algunos sets pieces creados tengan momentos sobresalientes, como ese viaje a través de las historias de las cinco cintas anteriores en dos momentos muy bien llevados, que la convierten tanto en una guía para los que no están tan familiarizados con la historia completa, como en un homenaje a la franquicia misma. La primera es cuando Kirby explica al policía encargado del caso Wayne Bailey (Dermot Mulroney), que a la vez es el padre de la compañera de departamento de Sam y Tara, la historia de cada uno de los 9 asesinos que han utilizado el disfraz de Ghostface, desde Richie Kirsch (Jack Quaid) de la cinta pasada, transitando por cada caso hasta el asesino original Billy Loomis (Skeet Ulrich); narrando sus motivaciones y métodos para realizar sus crímenes. La segunda, por mucho lo mejor de la película, es el tétrico museo/santuario en que se encuentran todas las “herramientas” que han utilizado los asesinos a lo largo del tiempo, desde las máscaras y túnicas de cada uno, hasta las armas que se utilizaron para matar a cada víctima o con las que los asesinos fueron abatidos, así como detalladas recreaciones en dibujo del momento mismo en que cada uno perdió la vida. Esto último, un elaborado trabajo de los encargados del diseño de producción y vestuario, ya que los props originales de las entregas pasadas fueron destruidos o se perdieron con el tiempo, por lo que hubo que recrear todo lo visto en pantalla.
Todos sabemos que esperar cuando vamos a ver una nueva película de Scream, aunque esta se esmera en brindarnos un poco más, por lo que su calidad supera a algunas de sus versiones previas. Si bien se extraña bastante la presencia de Neve Campbell, esto ha servido para que podamos por fin aceptar que las nuevas protagonistas de esta saga son Melissa Barrera y Jenna Ortega, ambas cumpliendo como las “final girls” definitivas en medio de esa explosión de popularidad por la que ambas transitan en la actualidad. Otra que se beneficia es Courteney Cox, quien por fin brilla como la legado sobreviviente principal (tal cual se menciona en el guión) al brindarle más peso a su papel del que había tenido antes, sin tener que competir por este contra Campbell; pero por mucho la mejor adhesión al reparto fue el regreso de Hayden Panettiere, que nos permite recordar la secuela casi olvidada y menos popular, permitiendo que el guión redondee en su totalidad el infierno que han vivido todos los que han sido victimas de los diferentes Ghostface, mientras ayuda a plantar la idea sobre la posibilidad de otro sobreviviente de la primera película que se encuentra escondido desde entonces.
Tal cual explica nuestra nueva experta favorita Mindy, en esta ocasión se cumple con cada una de las reglas y nos ofrece más de todo. Más sangre, más brutalidad, cambios en las acciones de ambos bandos y mucha más adrenalina y acción de la vista hasta el momento. Puede que algunos ya estén cansados de esta saga o del género como cual, pero no por eso debemos demeritar el valor que tiene esta cinta como producto general y referencia cinematográfica. Violenta y agresiva, con su característico humor negro y una tonelada de referencias cinematográficas, Scream VI es una cinta para pasar el rato que funciona tanto si eres un fan de su historia, como si acabas de llegar a ella, porque logra su función, la cual es divertir, provocar saltos y que pases dos horas tratando de descubrir quien está detrás de todo lo que vemos. Gusto personal, pero yo la disfruté muchísimo.