The Hunger Games: The Ballad of Songbirds & Snakes (2023)

En el 2020, 10 años después de la publicación de The Hunger Games: Mockingjay, Suzanne Collins retomó el distópico mundo que creó, para contarnos una historia que ocurre 64 años antes de los sucesos de la primera novela que tuvo a Katniss Everdeen como protagonista. Usando un Panem post guerra que todavía se encontraba en proceso de reconstrucción, la autora nos narra (en una extraña decisión) la juventud de Coriolanus Snow, el tiránico presidente al que vimos ser derrocado en la trilogía original. Ahora, 8 años después de que la última adaptación cinematográfica de esta saga de libros fuera estrenada, ha llegado a las pantallas del mundo entero la versión fílmica de esta precuela literaria, The Hunger Games: The Ballad of Songbirds & Snakes.

Partiendo desde la perspectiva de que un villano no nace, se hace, esta historia nos cuenta la historia de Coriolanus desde el momento en que se le informa que su padre ha sido asesinado en batalla por los rebeldes, tres años antes de que el Capitolio ganara la guerra contra los distritos e instaurara los infames Juegos del Hambre. 13 años después de esto, en vísperas del décimo aniversario del evento y a un paso de graduarse de su educación básica en la Academia del Capitolio (bajo la forma del actor Tom Blyth) vemos como él lucha por conseguir el premio académico Plinth que le permitirá recuperar un poco de la estabilidad económica que su familia ha perdido debido a la guerra. Residiendo en la deteriorada casa familiar, junto a su también huérfana prima Tigris (Hunter Schafer) y su casi demencial abuela (Fionnula Flanagan), el trio ve en este reconocimiento la única vía que les queda para sobrevivir.

Para mala suerte de la familia Snow, ese año las reglas cambian debido a una baja en la audiencia de los juegos, puesto que parece ser que en el Capitolio tuvieron por un breve momento consciencia social y humanidad (sólo un poco, puesto que sabemos que continuaron) y ya no les interesan, pensando incluso en cancelarlos. Por esta razón, buscando que esto no suceda, la Dra. Volumnia Gaul (Viola Davis), así como Casca Highbottom (Peter Dinklage), directora creativa y creador original de los juegos respectivamente, deciden que cada uno de los 24 estudiantes que contendían por el premio sea el mentor de un tributo que será asignado a ellos para que estos logren que su protegido llame la atención de la audiencia; el que logre que su tributo, sobreviva o no, genere más atención, resultará en el ganador del ansiado premio.

Debido a esta situación forzada es que Coriolanus se relaciona con Lucy Gray Baird (Rachel Zegler), una joven de espíritu libre y rebelde, representante femenina del Distrito 12, con quien entabla una relación mucho más estrecha que el resto de los estudiantes, situación que le hace ver el mundo desde otra perspectiva y provoca en él la búsqueda de técnicas y opciones para que la joven logre sobrevivir, independientemente de la recompensa económica que pueda recibir con el triunfo de la chica.

Entrando directo y sin rodeo, esta nueva entrega de la saga es un buen producto que complementa la historia, aunque no tenga una verdadera razón de peso (salvo el monetario) para haber sido creada. Todo lo que en su momento encumbró a los libros y cintas pasadas se repite aquí, y ese es el principal problema que juega en contra de esta cinta. Todo esta bien, encaja hasta cierto punto, pero se siente como una versión diluida de lo ya visto o como un extra que carece de una personalidad independiente. Si nos encontráramos en el mundo de los videojuegos, podríamos considerarla un DLC, esos productos descargables que contienen misiones o extras para hacer el juego más interesante, pero que no funcionarían como uno independiente. Pues precisamente esa sensación es la que deja esta cinta.

Como dije, la película está bien llevada y su historia es hasta cierto punto funcional, pero palidece al no ser tan espectacular como las cintas base. Los aspectos técnicos son destacables, como su diseño de arte y vestuario, el de los personajes mismos, así como la fotografía; pero al estar centrada en una época en que los Juegos no eran el fenómeno mediático en que se convirtieron, con un Capitolio que apenas se encuentra en recuperación y todavía no comenzaba a derrochar recursos en lo ostentoso, la manufactura general es mucho más modesta. Sabemos que así tiene que ser, resulta creíble, lo que le da puntos, aunque esto la haga perder ante las comparaciones. Posiblemente el único aspecto en esta ocasión a destacar por separarse de las anteriores sea el musical, debido sobre todo a que su protagonista femenina se dedica a la música; aunque para algunos han resultado excesivas las escenas en las que canta.

Esto me lleva a hablar de los personajes, algunos mejor llevados o interesantes que otros. No me refiero a los intérpretes, ya que el reparto es solvente y llegan hasta donde deben hacerlo, todos funcionando en pro de la historia que se les ha dado, pero es la creación de estos en papel lo que no llega a destacar del todo.  Volumnia Gaul y Casca Highbottom son ejemplo de los pros de esta historia, una mujer fría y pragmática sin el menor escrúpulo por el lado de ella, y un hombre carcomido por la culpa, que carga con las muertes de cientos de jóvenes que han caído asesinados debido a su creación. Tigris, con su rechazo a las imposiciones del Capitolio y su cándida personalidad es otra que resulta interesante conocer antes de transformarse (o deformarse) en el ser felino que conocimos con anterioridad. Tres adiciones que aportan algo al mundo creado por Collins.

Eso nos deja a los dos protagonistas, lo que supone para mí los principales contras que tiene la historia. Por el lado del masculino no existe forma, sin importar lo vivido, que podamos empatizar con un personaje que hemos visto en lo que se ha convertido; es como tratar de entender el comportamiento de Hitler, queriendo crear una historia de amor y superación a su alrededor, para justificar las acciones atroces que perpetuó una vez llegado al poder. Tom Blyth cumple, de sobra, tiene el carisma suficiente para que por momentos queramos su bienestar, sumado al físico de modelo de revista que posee que le ayuda, pero basta un segundo para recordar el monstruo en que se convirtió para que esto no baste y se disfrute el verlo estrellarse, a pesar de saber que logró sus metas, aunque haya terminado pagando por eso.

Luego esta Lucy Gray Baird, personaje un poco más difícil de definir y que por separado pudiera haber sido interesante, pero las comparaciones con Katniss son imposibles de realizar. Ella es el ave cantante del título, debido a la hermosa voz que posee y utiliza a lo largo del metraje pero, salvo esto, carece de cualquier otro talento que la haga memorable. Ella está ligada por completo a Coriolanus, sin el que no hubiera durado mucho dentro de los juegos. Rachel Zegler sabe interpretarla, la joven sabe actuar y cantar, no hay duda de eso, pero el estreno ha llegado en un momento en que su imagen se ha mermado debido a toda la controversia que se ha generado alrededor de su versión de Snow White y todos los comentarios que ha realizado. En un tiempo donde debes cuidar cada palabra que expresas de manera milimétrica, la actriz parece que quiere acabar con su carrera mucho antes de haberla afianzado por completo.

Por último queda la estructura narrativa de la película, dividida en capítulos, estando los dos primeros ligados por completo a los Juegos y la relación entre los protagonistas; estos fluyen y se sienten orgánicos. El problema, aunque tal vez algunos no lo perciban así, es que en el tercer acto la narración, si bien sirviendo para mostrarnos lo que llevó al protagonista a convertirse en el hombre más poderoso de Panem, corta por completo y se aleja de lo que nos presentaron al inicio, sintiéndose como algo aparte, donde todo cambia, percibiéndose como lento y ajeno, hasta anticlimático, sobre todo por contar con un final abierto a la interpretación del público y con un par de situaciones que carecen de sentido en un régimen tan estricto como el que se nos ha mostrado a lo largo de la película. The Ballad of Songbirds & Snakes tiene buena manufactura, sirve para mostrarnos un poco más de la historia, pero las comparaciones terminan por jugar en su contra. Dentro de la franquicia es un producto menor, con personajes que pudieron haber sido más interesantes y logrados, pero cuyo problema proviene de las páginas mismas de la novela. Tal vez con otro protagonista con el que se pudiera empatizar, con una heroína con más capas que pudieran explotarse, las cosas hubieran funcionado mejor. Una de esas cintas que dividen a público y fanáticos, que posiblemente sea relegada al olvido por no haber podido brindar algún extra que le diera notoriedad.