Five Nights at Freddy’s (2023)

Poco más de 6 meses después de haber roto récords y acumular masivas cantidades de dinero con The Super Mario Bros. Movie, Universal Studios vuelve a intentar repetir la formula de llevar historias basadas en videojuegos a la gran pantalla. En esta ocasión, en formato live action y con un tono totalmente diferente, el estudio encargó a Blumhouse Productions la realización de una cinta basada en la popular saga de videojuegos (y otros medios) Five Nights at Freddy’s, misma que se acaba de estrenar, tanto en uno de los servicios de streaming del estudio, en este caso Peacock, como en las salas de muchos países, incluido el nuestro.

Con una tenebrosa historia base, que incluye a 5 niños muertos, un asesino serial y botargas animatrónicas poseídas, la serie de videojuegos de terror se posicionó rápidamente entre el gusto del público. Esto la volvió un producto ideal para adaptarse al cine, cosa que parecía que no sucedería, una vez que el primer intento por parte de Warner Bros. por realizar la película en el 2015 terminara en fracaso. Ahora, 8 años después, con la cinta ya vista, es momento de hablar sobre la forma en que la historia fue adaptada y el resultado de esto.

Basada libremente en una mezcla de los 3 primeros juegos, la trama sigue a un hombre llamado Mike (Josh Hutcherson), quien se ve en la necesidad de aceptar un trabajo como guardia de seguridad nocturno en el clausurado y abandonado Freddy Fazbear’s Pizza, un lugar que fue muy popular en los 80, pero que fue cerrado debido a la desaparición de varios niños. Mike debe aceptar, en contra de su voluntad, dicho empleo debido a que sus padres han muerto y está a cargo de su hermana menor Abby (Piper Rubio), una niña introvertida que pasa los días dibujando y hablando con su amigo imaginario, y que es el motivo de una batalla legal con su insufrible tía Jane (Mary Stuart Masterson), quien considera que su sobrino no es el indicado para cuidar a la niña. Esto, debido al precario estado mental del joven, mismo que se debe a un trauma de su infancia, al ser testigo del secuestro de su hermano menor Garrett, situación que lo hace tratar desesperadamente de recordar durante sus sueños detalles del suceso que le indiquen quien fue el causante el rapto.

A la par de esta historia familiar, se nos narran los sucesos acontecidos décadas atrás en el otrora lugar familiar donde trabaja el protagonista, siendo la mayoría de la información revelada por una misteriosa policía de nombre Vanessa Shelly (Elizabeth Lail), quien parece no asombrarse por lo que sucede por las noches en Freddy Fazbear’s Pizza, pero que le advierte al protagonista sobre el peligro que puede esconderse ahí.

Los que transitamos nuestra infancia en la década de los 80, sabemos lo bizarro y perturbador que podía ser el encontrarse en un lugar como el que se presenta en la película (no exagero, puesto que es un comentario que varios contemporáneos me han hecho en algunas conversaciones), una referencia directa a ShowBiz Pizza Place, que si bien era divertido en algunas áreas, sus animatrónicos provocaban todo, menos el ambiente agradable que se buscaba. En ese sentido, tanto el juego, como la cinta, explotan el potencial de dichos recuerdos infantiles para crear la atmosfera aterradora que se puede lograr al retratarlos bajo la fotografía e iluminación adecuada, aspecto que se debe aplaudir en esta producción, ya que apenas se ponen en acción estos, no necesitamos que se realice una masacre para que la incomodidad de verlos se presente al instante.

Por lo anterior podemos decir que la directora Emma Tammi, en su debut con los grandes estudios, logra con Five Nights at Freddy’s un buen homenaje al videojuego, gracias a la atmosfera lograda con esa mezcla de nostalgia y recuerdos incómodos, así como a la cantidad de referencias y el diseño de personajes sacados del material base; pero una mala cinta, debido al mal uso de estos, un pésimo manejo de la historia y las exclusiones que se decidieron en pro de un guión que tambalea por todos lados en las líneas originales que se crearon para la historia.

Puede entenderse que al haber sido firmado un contrato para varias películas, augurando el éxito que la cinta ha tenido en su primer fin de semana en taquilla (a pesar de su estreno híbrido), se tienen que hacer ciertas modificaciones en la historia de los videojuegos, para ampliar su mundo y llenar huecos que no se explican en estos. El problema es haber optado por hacerlo de una manera tan común que lo retratado en pantalla lo hemos visto cientos de veces ya. Un universo de oportunidades perdidas que fueron dejadas de lado por esta trama que, aparte de su poca originalidad, está plagada de incoherencias o reacciones de los personajes que carecen de toda lógica. Sí te encuentras en medio de una batalla legal por la custodia de tu hermana y no tienes con quien dejarla una noche para ir a trabajar, buscas opciones que no tengan que ser llevarla a ese lugar lúgubre y carente de reglas de seguridad básicas, pero para los guionistas, la misma directora y Scott Cawthon, esto es algo que al parecer no importa; otro ejemplo es el personaje de Vanessa, uno que viene a romper y chocar por completo con la historia base y que es uno de los peores escritos de los que tengo memoria reciente, situación que empeora con sus malos diálogos  y la interacción con los otros protagonistas, a quienes parece no importarles hasta que es muy tarde, las causas y razones de que esté al tanto de todo lo que rodea al misterioso lugar. Sobre el villano y su revelación ni hablar, esperando que se use de una mejor manera en las secuelas, ya que este incluso protagoniza uno de los juegos; aunque después de la forzada trama que le dieron y la manera en que se nos presentó, es muy difícil que puedan mejorarlo.

Five Nights at Freddy’s era un producto muy esperado, lo que se nota al haberse vuelto el estreno con recaudación más grande para Blumhouse y el tercero para una película de terror de la historia (sin ajuste inflacional, claro está), pero habría que ver que sucede con el boca a boca y los números en las siguientes semanas, cuando la expectación haya pasado. Al final ha resultado una historia más, que si bien no se hunde por completo, dista mucho de lo que merecían los videojuegos y sus fanáticos. Un producto que se queda a la mitad, cumple en algunas partes, pero falla por completo en otras, y que al final resultó menos escalofriante que los animatrónicos que a muchos todavía nos generan recuerdos mucho más aterradores que los que esta película nos dejará.