Platónico: la cómica ilusión por comprender (te)

Conservar una amistad durante tanto tiempo no es fácil. El tiempo pasa, las personas cambian, los problemas aumentan y los ‘mundos’ de esas personas con las que te imaginabas toda una vida, casi por naturaleza, se separan. Si has logrado mantener una relación durante 10, 15, 20 años o más, te felicito. Tú sabes que incluso en las crisis que te hacen sentir miserable y desprotegido, podrás encontrar espacios de alegría con tus compañeros de amores, desamores y aventuras.

Will (Seth Rogen) y Sylvia (Rose Byrne) son los personajes de “Platónico”, una de las más recientes creaciones de Apple TV que plantea una pregunta sencilla y compleja a la vez: “¿pueden una mujer y un hombre mantener una amistad incluso después de consumar sus respectivos matrimonios?”, ambos son un desastre y gracias a eso sienten una confianza que los hace cómplices de las más locas aventuras de Los Ángeles, la ciudad de los excesos.

A lo largo de 10 episodios, de aproximadamente 30 minutos cada uno, la pareja de creadores formada por la novelista Francesca Delbanco y el cineasta Nicholas Stoller, ambos con experiencia en el género de comedia, crea una historia bastante entretenida y divertida sobre dos personas de aproximadamente 40 años que, a pesar de tener un presente completamente distinto, vuelven a encontrarse y descubren que aún saben cómo apoyarse, ya sea con comentarios completamente agresivos, con chistes locales o incluso con el silencio.

Will es un hombre de edad madura, con actitudes completamente inmaduras, que acaba de divorciarse. Por si fuera poco, su trabajo como cervecero en Lucky Penny, un sofisticado bar del que es socio, se vuelve cada vez más complejo por los intereses de sus compañeros e inversionistas. Por otra parte, Sylvia, una vieja amiga que ahora se dedica de tiempo completo a la maternidad y quien dice que “ser madre consiste, básicamente, en hacer cosas que no quieres hacer”, se entera de la noticia y decide ponerse al corriente con su examigo, provocando que Charlie (Luke Macfarlane), su esposo, caiga en una mezcla peligrosa de celos e inseguridades.

La fórmula de ‘Platónico’ no es nueva; sin embargo, observar su historia y analizarla se siente como una brisa que te acaricia y te hace saber que estás consciente del presente y sus altibajos. La naturalidad con la que refleja situaciones cotidianas -algunas no tanto, como inhalar una mezcla de cocaína con ketamina o introducirte en barrios oscuros en la madrugada para buscar artistas que “arreglen” los retratos de tu jefe- hace que comprendas los sentimientos de cada uno de los involucrados y empatices con sus situaciones.

El matrimonio, la amistad, la comunicación, la madurez, las apariencias, las presiones, los trabajos, los estereotipos, las brechas generacionales y hasta las tendencias del momento son retratadas de la mejor manera y con gran calidad en esta producción. Ambos personajes tienen una conexión tan grande y genuina que no es comprendida o aceptada por la mayoría de quienes los rodean, pues sus comportamientos pueden llegar a ser un tanto exagerados. De ahí que la relación entre Will y Sylvia sea meramente platónica.

Si los creadores de la serie quieren usar el adjetivo ‘platónico’ para reflejar la ilusión, logran su cometido. Esta historia aborda distintas ilusiones; es decir, habla de aquellas que te orillan a buscar un mejor estilo de vida, una pareja que te haga sentir completo o un propósito que le devuelva el sentido a tu actualidad. Todas ellas con el objetivo de comprender quién eres o por qué te comportas como lo haces.

Todos, en menor o mayor medida, hemos vivido una etapa en la que no sabemos qué hacemos. Si estás en la búsqueda de algo que te ayude a no pensar en ello, “Platónico” es una excelente opción, pues a partir de las cómicas situaciones te olvidarás de lo que puede tenerte en ese estado de “crisis”. Retomando una de las frases de esta breve y agradable serie, “nadie puede tener todo con una sola persona”, así que si en alguna de las escenas recordaste una anécdota que viviste con un amigo o amiga, no dudes en mandarle un mensaje o llamarle. No importa si hace mucho tiempo que no se hablan, seguramente del otro lado del teléfono recibirán con aprecio ese pequeño-gran detalle.