Insidious: The Reed Door (2023)

Si existe alguien que me haya leído las últimas semanas, debe pensar que soy un ser lleno de amargura sin la capacidad de disfrutar el cine; pero esto no es verdad, puede que este lleno de amargura, pero si puedo disfrutar el cine cuando este aporta algo. Lo que sí es una realidad es que estamos ante uno de los veranos mas flojos y menos funcionales de los que tengo memoria, tanto en materia de éxito económico, como en la calidad de las producciones mismas. Cada año hay un par de cintas que no funcionan, mismas que son recordadas como los fracasos de tal o cual año, pero en este que estamos viviendo, prácticamente todas han tenido este resultado. Esto ultimo se ha hecho más evidente el último mes, donde todos los estrenos se hundieron de manera estrepitosa, cuestión que se ha repetido por quinto fin de semana consecutivo, ahora en la forma de la innecesaria cinta de terror Insidious: The Red Door, quinta entrega de la franquicia y fallido debut tras las cámaras del protagonista de esta, Patrick Wilson.

Saltando directo a la no muy lograda trama, la historia retoma a los personajes de las 2 primeras entregas, la familia Lambert, acudiendo al sepelio de la abuela Lorraine (Barbara Hershey, quien posiblemente rechazó participar al darse cuenta de lo malo que era el guión), nueve años después de que el patriarca Josh (Patrick Wilson) fuera rescatado por su hijo Dalton (Ty Simpkins) y que ambos olvidaran lo sucedido por medio de hipnosis, porque ¿qué puede salir mal de esta brillante decisión? Como es de esperarse, todo, cosa que se evidencia al ver que el matrimonio entre Josh y Renai (Rose Byrne) ya no existe, la familia esta destrozada y los hijos apenas toleran a su padre que se mantiene ausente. En medio de los pedazos que quedan de los Lambert, se nos cuenta que el ahora insoportable Dalton, protagonista en esta ocasión, está por entrar a la universidad para estudiar Arte, ya que lo que le falta de simpatía le sobra en talento. Es por procesos creativos en sus clases, algo que pudo haber sucedido en los años previos, pero que por conveniencias del guión no pasó, que este comienza a tener recuerdos sobre lo sucedido, aunque no sepa en verdad de que van las imágenes y sentimientos que experimenta. Debido a esto, como se veía venir entre las obviedades de la historia, sus capacidades para ir al “más allá” despiertan, así como los seres que tanto lo atormentaron en su infancia. Josh por su lado vive su propio proceso para recordar, descubriendo en el camino información sobre su padre que su madre le había mantenido oculta, lo que provoca el mismo redescubrir por el que su hijo está pasando, porque esto es necesario, aunque no creíble o congruente, para que ambos reconecten y luchen en conjunto contra esos seres tenebrosos una vez más.

Si The Conjuring: The Devil Made Me Do It (2021) mostraba indicios de un agotamiento de franquicia, Insidious: The Red Door viene a confirmar que esta saga está, salvo sorpresas futuras, más que muerta. No digo que sea imposible que algún sector del público pueda disfrutarla, pero estoy casi seguro de que sería el mínimo. La mayoría de los comentarios de los que la han visto, así como su pobre desempeño en la taquilla han hecho notorio que la cinta no ha sido abrazada como las anteriores, mismas que tampoco fueron grandes productos, pero que resultaron efectivas en su género. Esto último, dejando de lado las incongruencias del guión, las resoluciones de conflicto forzadas y las acciones carentes de lógica de los personajes, viene a ser su mayor pecado, al resultar en una película de terror que no logra generar el mínimo miedo o susto en el espectador, ni siquiera en los momentos jumpscare prefabricados de manual que el novato director, de la mano del guionista de dudosa trayectoria Scott Teems, emplearon en esta ocasión en una muestra de la poca pericia de ambos en el manejo de las atmosferas del género, a pesar de que el segundo es parte de los responsables de la escritura de Halloween Kills (2021).

Insidious siempre fue una saga menor, nacida por el éxito de The Conjuring, pero que fue bien recibida por el público porque cumplía con su cometido. Algo así como la I Know what you did Last Summer de Scream, que se sabía no brillaba por su calidad, pero te hacia pasar un rato de tensión y estaban bien desarrolladas, con diferentes planteamientos que brindaban un poco de originalidad y fluidez. Ese es el otro aspecto negativo en esta ocasión, pues en su afán por regresar a sus raíces, no nos dan nada nuevo o complementario con respecto a lo ya visto. Esto sumado al ritmo demasiado lento que se maneja, vuelve aburrida la historia por momentos que se sienten demasiado largos y sobrados, a pesar de tratarse de una cinta corta (1h 47min) a comparación de las que se producen en la actualidad, mismos momentos en los que el espectador desearía mejor estar atrapado en el terrorífico más allá que en la sala de cine. 

Esto es una cinta de terror, el cual pasa a un segundo plano ante la historia de reconstrucción familiar a la que se le da mayor peso, lo cual no tiene nada de malo, si esto fuera en pro del objetivo principal, que es el asustar, sobre todo en un producto comercial, ya que esto no es una cinta de terror elevado de A24. Sí a esto le sumamos la pobre escritura de los personajes, que parece quisiera que nos pusiéramos en su contra por esa nueva personalidad que se les dio, torturados y molestos con el mundo, vuelve insufrible a la trama, a pesar de que los actores, aunque por momentos parezca que sólo están ahí por el sueldo, siguen cumpliendo como lo hicieron en las anteriores cintas.

Lo anterior puede deberse al evidente recorte en su presupuesto, mismo que no se ha mencionado, pero que se hace notorio cuando las escenas en ese otro mundo macabro son muchas menos que en las entregas previas. Todo en esta película se siente precario a comparación de sus predecesoras, incluyendo el diseño reinventado de aquel demonio que en su momento provocó el terror de muchos, pero que en esta ocasión no funciona de la misma manera, los mínimos instantes en que se muestra. Tal vez ni el mismo estudio confió en este producto y no les dio herramientas suficientes, lo cual es mejor que pensar que sí lo hizo y al final fue le director el que no supo aprovecharlos.

Insidious: The Red Door es una cinta que no tuvo que haberse realizado, pero que ya está aquí y queda debiendo mucho a los espectadores. Posiblemente pensada como un cierre o reinicio con Dalton como protagonista, pero que no funciona en ninguno de los dos sentidos, debido sobre todo a la inexperiencia de los encargados de darle vida. Una quinta parte que se ha estrellado en un quinto fin de semana de fracasos, los que esperamos hayan llegado a su fin. No quedan muchos platos fuertes por delante, por lo que sólo resta confiar en que Mission: Impossible – Dead Reckoning Part One este fin de semana, junto a Barbie y Oppenheimer el siguiente, logren salvar a un verano que será recordado como penoso para la industria cinematográfica.