Mission: Impossible – Dead Reckoning Part One (2023)
No soy muy fanático de las películas de acción pero, de un tiempo para acá, debido a la estilización que algunas franquicias han adoptado, sumado a un mayor desarrollo en sus historias y personajes, hay tres de estas de las que si puedo considerarme seguidor: las James Bond con Daniel Craig, John Wick y la que ahora nos atañe, la saga de Mission: Impossible.
En 1996, el actor Tom Cruise estelarizó la primera de 7 cintas (con una 8va a estrenarse el próximo año) basadas en la popular serie de televisión, dirigida por Brian de Palma, volviéndose un éxito inmediato que suplicaba por secuelas, las cuales comenzarían 4 años después con una segunda parte, ahora realizada por John Woo quien se encontraba de moda en aquellos momentos, resultando en un producto, si bien exitoso, no tanto como la primera y siendo criticada al considerarla menor que su predecesora. Debido a esto, tomarían 6 años para que se autorizara otra cinta con Ethan Hunt como personaje central, bajo las órdenes de J.J. Abrams, quien también pasaba por su momentum, logrando resultados mucho mejores. Con la llegada en el 2011 de Mission: Impossible – Ghost Protocol, con Brad Bird como director, la saga se consolidaría como una de las mas redituables y mejor calificadas dentro del género, cosa que se ha mantenido hasta nuestros días, con la triada de producciones que han mantenido al mismo realizador, Christopher McQuarrie, siendo la última de estas Dead Reckoning Part One, de la que escribo en esta ocasión y que viene a ser la primera parte del cierre para la historia del personaje central.
Como su nombre hace evidente, esta cinta es tan sólo la mitad de una historia que fue dividida en dos partes, cosa que a molestado a varios, pero que se entiende cuando se trata de cerrar casi 30 años de historia (y aumentar las ganancias en el camino). Sobre esto hay que mencionar que la cinta funciona tanto como la primera mitad de algo más grande, como historia independiente, ya que se esmeraron en que este producto contara con los puntos de giro indicados en los momentos precisos para provocar en el espectador lo que estos causan en una producción normal, pero asegurándose de que los mismos funcionen si se llegara a ver ambas cintas una después de la otra.
Habiendo dicho esto, en esta parte se da el planteamiento de lo que vamos a ver el próximo año, con la presentación del conflicto y de los nuevos villanos, sí, porque en esta ocasión son dos los principales antagonistas de nuestro héroe. El primero, de nombre Gabriel (Esai Morales), aparente responsable del giro en la vida del protagonista que lo llevó a convertirse en el agente que todos conocemos; el violento y cruel músculo que se encarga del trabajo sucio, la mitad de una dupla que pone en jaque a Hunt y su equipo. El segundo resulta un personaje de suma originalidad para la franquicia (más no para el cine en general), ya que en otras décadas podría haber acercado a la película a la ciencia ficción, pero que en la época que vivimos ya no resulta tan fantasioso y se vuelve un contrincante que hace a Ethan plantearse la manera en que debe accionar en esta ocasión, una a la que no está acostumbrado y que puede poner en juego mucho más que su vida.
A la par de estos, el equipo acostumbrado regresa (Ving Rhames, Simon Pegg y Rebecca Ferguson), junto con villanos ya conocidos (Vanessa Kirby), como tiende a suceder en este tipo de producciones que buscan redondear su historia, despidiendo a sus personajes de manera espectacular. Como adhesión a ellos, la incorporación de nuevos rostros (Hayley Atwell y Pom Klementieff) para inyectar energía a un reparto que brilla en su totalidad en medio del despliegue visual que es esta película. Porque eso es lo que es Dead Reckoning Part One, una digna representante de su género, con espectaculares secuencias de acción en todo sentido, desde peleas cuerpo a cuerpo coreografiadas a la perfección, persecuciones en todo tipo de vehículos con un montaje dinámico lleno de adrenalina (cortesía de Eddie Hamilton), intrigas y enfrentamientos tan atractivos como dramáticos, que vuelven espectacular y entrañable a esta cinta que no deja más que pocos minutos de respiro a sus espectadores, antes de hacerlos saltar a otro golpe de adrenalina.
En el centro de todo esto se encuentra la ultima super estrella, el único sobreviviente de una especie ahora extinta (salvo tal vez Julia Roberts que de repente nos recuerda la razón de su celebridad) y que, a pesar de que yo no lo tolero mucho, sigue brillando en la pantalla con ese “algo” que sólo las superestrellas poseen, sí, hablo de Tom Cruise. El mismo sabe que no es un gran actor, pero en su caso no importa que tenga 20 años interpretando el mismo papel con ligeras modificaciones, porque las celebridades de su nivel no viven de eso, sino del carisma que desbordan cuando sonríen, al realizar una mueca o, en su caso, saltar de un acantilado en motocicleta, para luego caer en picada antes de abrir su paracaídas, porque precisamente es lo que hace este señor a sus 61 años, en LA ESCENA de la película, sin ayuda de dobles, mientras un servidor lleva dos meses en fisioterapia por pasar mucho tiempo frente a su laptop. El cumple como debe, con sus puntos fuertes y débiles, mientras corre con ese movimiento de brazos característico de un lugar a otro, para salvar este mundo de amenazas que los demás no conocemos. Llegará el momento en que su brillo se acabe, pero no será este año, no en esta película, sin importar que no haya tenido los resultados esperados en la taquilla, ya que parece que ni él ha logrado librarse de la maldición que aqueja al cine este año, aunque no de forma tan notoria como con el resto.
Sabemos que no estamos ante una obra escrita por Shakespeare, esto es cine de acción, pero del bueno, uno con más capas en su estructura narrativa de las que aparenta y que, salvo sorpresas en los próximos meses, sea la mejor cinta de su género que se estrenará este año. Una trama clásica que recuerda el pasado, el origen de todo, para apuntar al futuro, donde algunos fantasmas regresan a la vida del protagonista para recordarle de donde viene, así como para hacerle ver en lo que se ha convertido y el camino que le queda por recorrer. Sencilla, sí, pero espectacular en todo sentido, como debe ser este tipo de producción, cine enorme sin otro afán que entretener a su público, cosa que logra sin problemas.
Dead Reckoning Part One debe ser vista como lo que es, una excelente cinta de acción, una muy buena película en general, porque no todas pueden ser medidas de la misma manera y esta llega a donde debe llegar, provoca lo que se busca y en definitiva resulta sobrada en muchos aspectos, todos positivos en su caso. Si por algún motivo no se piensa ser parte del fenómeno que supone el Barbieheimer este fin de semana, entonces esta es la opción en caso de visitar alguna sala de cine.