28 Years Later (2025)

Danny Boyle es uno de esos directores que marcaron una generación definiendo el espíritu que caracterizaba a una época, los 90 en su caso. Empezando con su opera prima (en cine, porque en TV ya tenía camino recorrido) Shallow Grave (1994), donde conocería a uno de sus actores fetiches, Ewan McGregor, para luego repetir con él volviéndolo estrella, en la película que alzó al director como objeto de culto, Trainspotting (1996), podemos decir que es parte del imaginario colectivo cuando se trata de voltear la mirada cinematográfica al pasado para analizar esa generación.

Con un inicio prometedor, Hollywood no tardó en atraer al director para engrosar sus filas, produciéndole sus dos siguientes proyectos, A Life Less Ordinary (1997) y The Beach (2000), que resultaron en desastrosos fracasos en todo sentido. Boyle no podría imaginar que de esta lastimosa etapa nacería una de sus colaboraciones más exitosas y recordadas, ya que la segunda cinta fue una adaptación de la novela homónima del ahora director Alex Garland, a quien conoció por esa experiencia y que le ofrecería el guion de su siguiente película, 28 Days Later (2002), la cual fue un éxito de crítica y taquilla, a pesar de que a muchos les extrañó que una historia de “zombies” hubiera sido la selección del realizador para volver a trabajar en continente europeo. Esta mancuerna sólo había trabajado en conjunto en otra ocasión, con la mucho menos popular Sunshine (2007), cosa que acaba de cambiar ya que decidieron retomar el mundo postapocalíptico que inventaron y nos han traído 28 Years Later, repitiendo cada uno la función que desempeñaron en aquella ocasión.

Pensada originalmente para ser grabada después de la secuela 28 Weeks Later (2007), la producción se pospuso indefinidamente debido a los múltiples problemas que se suscitaron con los derechos de la primera cinta, lo que provocó que muchos la dieran por muerta, sobre todo después de que la segunda parte no fue tan bien recibida como su predecesora. Sería gracias a la compra en el 2024 de los derechos de la primera cinta por parte de su productor, Andrew Macdonald, que la intención por retomar este mundo reviviría, sobre todo debido al interés de Boyle, Garland, el cinematógrafo Anthony Dod Mantle y el mismísimo Cillian Murphy que ahora funge como productor, de participar en el proyecto. Con el principal equipo creativo a bordo la producción avanzó sin problema hasta llegar a nuestras salas plagada de expectativas la semana pasada.

Ahora que la cinta pudo verse, ¿Valió la pena la espera? Para poder hablar sobre el resultado final es necesario verla desde dos puntos diferentes, primero como una historia independiente, ya que tiene un arco argumental que se mantiene por sí mismo, con principio y fin; pero también como parte de algo más grande, ya que, aunque no se hace mención directa a nada de lo visto en las dos primeras partes, se sabe que ocurren en el mismo universo, incluso haciendo uso de imágenes vistas en la segunda entrega, específicamente en la secuencia Boots, lo que calla los rumores de que esta no era parte del canon.

Para hablar del primer aspecto es necesario contar de que va la trama, misma que repite el esquema que se ha venido viendo en las dos primeras producciones, es decir que no están conectadas entre ellas, mostrando personajes que no tienen relación con las anteriores, pero que están unidos por la catástrofe que el virus provocó en sus vidas. En esta ocasión se nos narra que la infección logró ser erradicada de la Europa continental, pero que Gran Bretaña permanece en un estado perpetuo de cuarentena debido a que todavía hay infectados en su territorio a pesar del tiempo que ha transcurrido y que los gobiernos no tienen interés en rescatar a los sobrevivientes. Con esto como base, el protagonista indiscutible (a pesar de lo engañoso que resulte el poster) es Spike (Alfie Williams), un niño de 12 años que vive en la isla mareal Lindisfarne al norte de Inglaterra, donde él y su familia han logrado sobrevivir gracias a las características territoriales del lugar.

Debido a la insistencia de su machista padre Jamie (Aaron Taylor-Johnson), Spike saldrá por primera vez de la isla, ya que juntos deben lograr que este mate a su primer infectado, algo que parece ser un ritual entre los lugareños. A pesar de la renuencia de su madre gravemente enferma, Isla (Jodie Comer), el dueto se embarca en su misión lográndola con éxito a pesar de las dificultades, situación que sirve para que el niño descubra la presencia del Dr. Ian Kelson (Ralph Fiennes) en el territorio prohibido,  a quien todos tachan de loco, pero que el niño ve como única posibilidad de curar a su madre, por lo que la engaña para salir de la isla y buscarlo, generando el verdadero desarrollo de la trama, que es el viaje de ambos y el paso a la adultez del pequeño.

El segundo aspecto, el que une a esta historia con las previas, se da en la forma del prólogo y el polémico cierre que sirve como epílogo y enlace con estas. Como en las anteriores, la cinta inicia con una secuencia que se da en el momento exacto del primer brote en el 2002, en una casa en las Tierras Altas de Escocia, donde vemos a un pequeño de nombre Jimmy (Rocco Haynes), quien ve como su familia es contagiada por los infectados que han llegado a lugar, escondiéndose en la iglesia del pueblo, de la que su religioso y fanático padre es encargado. Como este ve en el suceso señales del juicio final, acepta su destino y se deja infectar, todo observado por el pequeño que se ha escondido, logrando escapar una vez que los infectados se retiran para seguir esparciendo el virus, portando como única posesión un collar de crucifijo que su padre le dio minutos antes. La identidad de este niño no será revelada hasta el cierre de la cinta, misma que no seré yo quien la descubra aquí, sirviendo como lazo con la siguiente película, 28 Years Later: The Bone Temple, que ya está grabada y tiene fecha de estreno para el 16 de enero del 2026.

Los que busquen una película de zombies (que ya sabemos en este caso no lo son porque los contagiados no son muertos vivientes) de manual básico aquí no la van a encontrar. Claro, la cinta cuenta con varias escenas de acción y momentos de tensión, pero en ningún momento son estas alrededor de las que gira la historia y, a gusto personal, esto lo agradecí. Esta narración está llena de simbolismos, algunos más explícitos que otros, pero con un significado que va ligado a las frases que se repiten varias veces durante la trama “Memento mori, recuerda que morirás. Memento amori, recuerda que debes amar”. Boyle y Garland han optado por desarrollar una historia coming-of-age en lugar de irse por el terror fácil y simple, lo cual, lo hayan notado o no, es algo que se viene arrastrando desde las anteriores. El que un niño, en medio de toda la muerte y desolación que ha sido su vida desde su nacimiento, se vea obligado a madurar debido a la posible pérdida de un ser querido por algo tan rutinario como una enfermedad, es mucho más fuerte o doloroso que ver a otros perder su humanidad debido a un virus que los transforma en salvajes violentos. No en vano una de las escenas más duras de 28 Days es en la que Jim descubre que sus padres se han suicidado, encontrando la carta que le dejaron en caso de que este despertara y fuera a buscarlos; en la segunda, todo el eje argumental gira alrededor de la estructura familiar y la pérdida de sus integrantes, por lo que no debería haberle extrañado a nadie que esta siguiera siendo la línea que el cineasta buscara para la tercera entrega.

Es evidente que esta es una de esas cintas que muchos van a considerar una decepción, mala incluso, pero eso tendrá que ver con los gustos personales y las expectativas. Incluyendo la secuencia final que a muchos a molestado o provocado risa, ya que desentona por completo con el tono que se había mantenido, pero que se debe pensar como lo que es, un enlace con la siguiente y la representación de la otra pérdida abrupta de la inocencia infantil y el trauma que esto desencadena. Sin entrar en detalles, la banda que aparece muestra los colores de los personajes que se ven en televisión al iniciar la cinta, lo que indica que es este el último recuerdo feliz que el personaje tiene antes de que todo se venga abajo; el símbolo religioso invertido nos habla de la perdida de la fe, misma que se hace evidente desde el inicio con la frase “¿Padre, por qué me has abandonado?”, que viene a remarcar el sentir de una comunidad que ha sido dejada a su suerte y que a nadie parece importarle.

El desarrollo del personaje central, dividido entre la poca pericia de su tosco padre para demostrar cariño y la ternura constante de su madre, se da de forma orgánica, mostrándonos que no siempre las decisiones o acciones más duras tienen que ir de la mano de la violencia o la falta de emociones. Spike es obligado a madurar por su padre, a comportarse como lo que él cree que debe ser un hombre, mientras el mismo se oculta de la responsabilidad y dolor que le provoca ver a la mujer que ama sufrir y apagarse; es el niño quien le demuestra que sus métodos no son eficientes, que el dolor y la pérdida se deben enfrentar o terminan devorándote como lo han hecho con su padre. Sencilla en su ejecución, claro, pero efectiva porque esto no es terror elevado, nos han dicho lo que nos quieren decir y funciona, todo gracias al excelente trabajo de su trio de actores protagonistas, sobre todo en lo referente a Alfie Williams (por mucho la revelación infantil del año hasta el momento) y sus escenas con Jodie Comer, ya que son estas las que están más cargadas de emoción y ambos histriones las exprimen demostrando su talento. Sin menospreciar el trabajo de Taylor-Johnson y Fiennes que logran aportar al desarrollo del protagonista lo necesario para que luzca aún más.

En los aspectos técnicos la cinta también está muy bien lograda, sobre todo al mantener la manera en que fue retratada. Para los que no lo saben, 28 Days fue grabada con cámaras DV caseras, ya que el director quería que esta se sintiera como si los sobrevivientes estuvieran capturando lo que estaban viviendo. Como en esta época es muy raro encontrar este tipo de dispositivos en casa, el director, junto a Anthony Dod Mantle, su fotógrafo de cabecera, decidieron que casi la totalidad de la cinta fuera grabada con iPhone 15 y el uso de lentes especiales de la marca, debido a que es la manera en que ahora capturamos los momentos que creemos deben registrarse. Salvo un par de escenas realizadas con drones con cámaras infrarrojas, el resto utilizó este dispositivo para grabarse. Sumado a esto, el diseño de producción, la música y el trabajo de maquillaje son por mucho los puntos altos de la cinta.

Claro que no todo son aplausos para esta cinta, ya que si hay algo que se le puede criticar (y no es la falta de sustos baratos) es que peca de poco original en ciertos aspectos. La trama principal familiar puede ser comparada con producciones recientes de otros géneros, como el caso de JoJo Rabbit (2019), donde otro niño tiene que madurar en medio de una guerra, siendo los aspectos familiares los que lo hacen dejar la inocencia infantil atrás. Hablando directamente de los infectados, que son los causantes de los momentos de terror que viven los protagonistas, el que se hayan definido evoluciones que se dan dependiendo el tipo de anatomía de  cada individuo y la manera en que el virus se adapta a sus cuerpos, es algo que se ha visto en casos recientes, como vendría a ser el ejemplo del videojuego The Last of Us, donde el tiempo de exposición al hongo provoca cambios dependiendo de este; acá se hace mención a los tan comentados Alphas y a los Slow-Lows, los primeros son algo así como lideres de manada en esteroides y los segundos versiones obesas que se arrastran de forma lenta al verse limitados para mantenerse de pie por mucho tiempo. Esto puede ser una extensión a la mitología mostrada en la segunda entrega, donde aparece una portadora que no mostraba síntomas, pero debido a que ahora se cuentan con tantas referencias, parece que la originalidad falló al momento de definir este apartado.

Pero al final, incluso con esto último, 28 Years Later no defrauda como película en general, puesto que cuenta con los valores de producción y estructura necesarios para mantenerse como digna sucesora de este universo. Habrá detractores, claro, eso no se discute y tendrán sus motivos para serlo, pero no será por poca calidad.  Ya sólo nos queda esperar hasta enero para ver que ha hecho Nia DaCosta con la siguiente entrega, donde Cillian Murphy vuelve a interpretar a su icónico personaje Jim. La última ocasión que Boyle cedió el mando el público no reaccionó bien, pero por lo menos en esta ocasión Garland se encargó de la escritura. Sólo nos queda mantener la fe y esperar que se mantenga el nivel, se logre callar a los detractores y que el éxito económico sea el suficiente para que se logre la tercera parte de esta trilogía.

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