Longlegs (2024)

The Silence of the Lambs con tintes demoniacos, así es como ha sido catalogada por diversos medios esta cinta. A pesar de ser una de las más aplaudidas del año dentro de su género, la comparación puede ser peligrosa debido a la importancia e impacto del clásico al que se hace referencia, sumado al hecho de hacer crecer unas inmensas expectativas a su alrededor que pueden explotar en su contra. ¿Es esta comparación tan disparatada?  No del todo, ya que la obra de Osgood Perkins, quien dirige y escribe, pide prestados algunos aspectos de la película con el más celebre de los asesinos seriales de ficción como protagonista; pero logra alejarse lo suficiente para que las similitudes se queden en el aspecto superficial de su estructura narrativa.

Hablando de los puntos en común, esta historia tiene como personaje principal a la novata agente del FBI Lee Harker (Maika Monroe) quien, debido a que posee una desarrollada intuición que le permitió resolver un caso reciente, llama la atención de su superior, el agente Carter (Blair Underwood), que la recluta como apoyo para tratar de resolver una serie de crímenes seriales que llevan décadas realizándose. Los casos tienen como común denominador el asesinato de familias enteras y que en cada uno se ha encontrado una carta escrita en un críptico alfabeto, firmadas todas con la palabra Longlegs. Podemos sumar a esto el hecho de que la protagonista muestra signos de padecer algún trastorno de personalidad o ha vivido algún trauma que la hace actuar de manera un tanto antisocial; pero hasta aquí llegan las comparaciones, porque conforme avanza la trama y se adentra en terrenos sobrenaturales, las diferencias agrandan.

Empiezo hablando del director. Sí, este es hasta el momento su mejor trabajo. Después de tratar infructuosamente seguir los pasos como actor de su celebre padre Anthony Perkins, Osgood decidió que lo suyo era la escritura y la dirección, desarrollando su primer proyecto The Blackcoat’s Daughter (2015), con Emma Roberts como protagonista. Esta cinta, bastante decente, se vio enlatada por el poco interés que provocó en su momento, hasta que Netflix puso en su catalogo su segundo trabajo, I Am the Pretty Thing That Lives in the House (2016), proyecto inferior en calidad, pero que causó cierto furor, ayudando al primero a encontrar un lugar en las salas de cine. Gracias a esto realizaría su tercer película Gretel & Hansel (2020), que si bien antepone la forma sobre el fondo, logra en este aspecto escenas cautivadoras y pudo haber funcionado mejor si no se hubiera tenido que enfrentar a una pandemia que iniciaba. 

Cuatro años le costaría al director estrenar la cinta que parece haberlo consagrado y que le ha abierto las puertas de los grandes estudios, ya que con un presupuesto de tan sólo 10 millones de dólares, ha logrado hasta el momento recaudar más de 100 a nivel mundial, situándola entre las mas taquilleras de su género en un año en que la calidad ha sobrado, pero pocas han logrado buenos resultados económicos. Este éxito puede deberse al estilo de marketing que se utilizó para la cinta, utilizando las plataformas digitales en su mayoría, creando un misterio tan grande como la historia misma, puesto que toda la primera etapa de la campaña de publicidad ni siquiera mencionaba el título y sólo mostraba fotografías fijas con audios angustiantes. El video con la reacción de Maika Monroe al ver por primera vez a Nicolas Cage caracterizado, mismo que nosotros no podemos contemplar, vale y logró más que costosas campañas de saturación mediática. Un acierto total en estos tiempos donde los trailers tienden a contar casi la película completa y son armados con lo mejor que terminamos de ver en pantalla.

Pero la verdad sea dicha, si la respuesta a la película ha sido tan buena, es por que esta lo es. Puede que te guste o no (en mi caso particular no fui tan fanático), pero es innegable el talento que tiene el realizador para crear atmosferas y provocar miedo en el espectador desde la secuencia de apertura en que casi vemos a quien se encuentra detrás de los crímenes, un instante en que nos hace sentir que nos lo presentará, para cortar en el momento justo, dejando que nuestra imaginación vuele y la piel se erice, sin haber visto en realidad nada, porque con la simple voz y gesticulación basta. 

Tanto en la parte de la escritura, como en el desarrollo visual de la cinta, podemos decir que nos enfrentamos a dos productos diferentes, ya que conforme avanza ambas mutan para transformarse en algo muy distinto a lo que observamos al principio o pensamos que veríamos. Siendo un thriller policiaco en su primer acto, recordando producciones, a parte de con la que se ha comparado, como Se7en (1995) y Zodiac (2007), el director es un maestro para hacer que la tensión crezca y se respire. Debido a la densa y cuidada fotografía del casi desconocido Andres Arochi, con sus tomas fijas y planos abiertos, nos hace sentir que la protagonista esta siendo observada y asechada en todo momento, siempre rodeada por un peligro del que no sabemos nada en absoluto, pero se percibe; igual funciona la música compuesta por el otro Perkins, Elvis, que ha musicalizado casi todas las cintas de su hermano (salvo Gretel & Hansel). Entre ambos aspectos se crea una incomodidad y tensión absoluta muy difícil de lograr, pero que en este caso viene a llenar por completo la pantalla, en una etapa en la que todavía no nos enfrentamos al monstruo que vendrá más adelante.

A mitad del segundo acto se da un cambio, tanto en atmosfera, como en la narrativa para donde parecía caminar la historia. No pienso contar nada en este sentido, porque el golpe de efecto debe ser vivió por el espectador. Este es el momento en que comenzamos a ver al verdadero punto fuerte de la película, el que ha hecho un ruido inmenso y ya se perfila como uno de esos personajes de los que se hablaran durante muchos años, el Longlegs de Nicolas Cage. El actor creyó tanto en el proyecto que decidió producirlo, aunque al principio se mencionaron otros nombres para interpretar el personaje. Una vez visto, sabemos que nadie era capaz de hacer lo que el hizo. El actor tiende a la exageración, tiene sus vicios interpretativos, pero en este caso (a pesar de sus detractores) cada uno ha servido como herramienta para crear el (salvo sorpresas en los meses venideros) personaje más aterrador del año. Una casi aparición diminuta al inicio, pequeños vistazos vedados en el segundo acto y la debelación total durante escasos minutos en el tercero bastan para que su actuación y caracterización se te queden grabada en la mente y no la puedas borrar por más que quieras. Maika Monroe es la protagonista y la verdad es que lo hace excelente, la actriz tiene talento y ha hecho carrera como una scream queen, pero una outsider que juega a su manera, no hay queja alguna sobre su desempeño; al igual que el de Alicia Witt como su madre, quien nos recuerda porque fue una de las grandes promesas, a pesar de no haberse logrado, de los años 90; pero le bastan algo así como 10 minutos al histrión para robar cámara y hacer que todo se borre a su alrededor. Sí la cinta funciona, incomoda y aterra es debido a Cage, a ese personaje que de solo imaginarte encontrarte con él te provoca pesadillas. Otro gran acierto en la reestructuración de su carrera y gran racha que está teniendo. 

Pero como todo gran producto mediático, la cinta tiene sus fallos y para Perkins siguen estando en la parte de la escritura. Hay contradicciones, reacciones que no tienen lógica, maneras de actuar incomprensibles e información que se oculta a otros personajes sin explicación alguna; así como para muchos ha sido ridículo el giro en la trama. Posiblemente con el tiempo su manera de escribir se vaya puliendo y logre mejores resultados en este sentido, pero no por eso se debe restar puntos a una película por demás funcional, que logra su principal cometido, que es provocar miedo, sólo que no uno fácil y de salto, no, uno que no sabes la razón de estar sintiéndolo y eso es mucho más difícil de lograr.

Longlegs es una cinta tan criptica y compleja que debe verse varias veces para encontrar los simbolismos ocultos y los vistazos casi imperceptibles, que de haber notado en un primer visionado, nos hubieran guiado en la dirección que la cinta iba a tomar. De la misma manera, es un producto que puedes ir a ver por el simple hecho de buscar asustarte, para dejar de lado el efecto al abandonar la sala, aunque esto ultimo puede que resulte difícil porque las escenas se te van a grabar por un tiempo. Sea lo que sea que se busque, vale la pena pagar el boleto por verla, por lo menos por el hecho de que se ha buscado regalarnos algo diferente, algo que se quede y algo de lo cual hablar después. Si es la mejor del género de laño no puedo decirlo, pero creo que será la mas recordada. 

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