A la hora del café
La oportuna alerta de género
La noticia de la solicitud de la alerta de género para Coahuila, entregada por los colectivos de feministas laguneras en la Ciudad de México, llegó pocos días después del asesinato de la joven Andrea Paola en Baja California, presuntamente por un chofer de automóvil por aplicación.
Llegó unos días antes del hallazgo del cuerpo de una joven de 37 años en Durango, Ixchel Yadira Leyva, asesinada por su propio esposo, quien fue detenido en San Luis Potosí, después de haber fabricado una serie de mentiras y ocultado evidencias.
Todo esto ocurre después de 12 feminicidios en Coahuila, casi la mitad de ellos en Torreón, aunque faltan algunos por ser reconocidos por la autoridad como tal. En las redacciones se está volviendo común recibir este tipo de noticias y también las del aumento a la violencia intra familiar.
Pero uno de los casos que me impactó como editora de noticias, fue el de Kimberly, ocurrido en mayo. La chica de tan solo 19 años fue rociada con gasolina y después quemada por su pareja, con quien mantenía una relación de muy poco tiempo.
Nunca antes, quizás, había sido más oportuno proponer la alerta de género para Coahuila. Por ello debemos de agradecer a las agrupaciones feministas laguneras que con sus propios recursos viajaron a la Ciudad de México para entregar esta solicitud en el Instituto Nacional de las Mujeres, en espera de que este llamado tenga un verdadero eco en nuestro estado.
La alerta de género significa crear mecanismos que ayuden a las mujeres a denunciar más fácilmente los actos de violencia, a obligar a las autoridades a actuar, a prevenir, que la voluntad para combatir la violencia de género sea tan fuerte como el dolor de quienes perdieron a su madre, a su hija, a una hermana o una amiga.
Actuar contra la violencia feminicida significa también dejar de una vez por todas los estigmas a un lado: que si la mujer se viste de forma provocativa, que si sale de noche sola, que si es ella la que provoca a su agresor, que si no tiene derecho a expresar su rabia.
Además, prevenir esta violencia debe ir de la mano con la gestión de calles más seguras, ¿cuántas plazas, calles y avenidas tiene un alumbrado público deficiente? El transporte público también debe ser un espacio seguro para las mujeres y no uno de los sitios donde sufren más acoso.
Este es un trabajo de toda la sociedad. Esperemos que la oportuna solicitud de la alerta de género haga reaccionar a las instituciones públicas y de seguridad, pero también a los núcleos familiares y sociales.
Twitter @Lavargasadri