Pearl (2022)
El año pasado escribí sobre una película slasher, en apariencia simple e intrascendente como suelen ser las de ese género, que lleva por nombre tan sólo “X”. Una vez vista pude comprobar que se trataba de algo más, ya que profundizaba en temas como la obsesión que tiene la sociedad con la juventud, fama y belleza, así como el valor que se les da a estas cuestiones. Los que, por algún motivo, esperamos a terminar los créditos, supimos que contaba con esa escena extra, el trailer promocional de otra cinta de nombre Pearl, confirmando que la película vista era en realidad la primera parte de una trilogía de la productora A24, dirigida por Ti West, y que pronto tendríamos acceso a la segunda parte, que a su vez, sería una precuela.
A pesar de que esta se estrenó en septiembre pasado, transitando por los festivales de Venecia, Toronto y Sitges (este último dedicado a las cintas de género fantástico y terror, donde se hizo acreedora a los galardones a dirección y actriz protagonista), no fue hasta la semana pasada que encontró un hueco en el calendario de estrenos en nuestro país, por lo que hoy puedo escribir de ella.
Empezaré aclarando que los que esperen se repita la fórmula de X en esta película, deben saber que no será así. Pearl no es una cinta slasher, es un drama psicológico, una cinta de origen que se sustenta más en el suspenso y otro tipo de terror, que en los asesinatos brutales (que los hay) representativos del género al que la primera parte pertenece. El otro aspecto en que se aleja de su predecesora es el visual, ya que mientras la primera emulaba las producciones de los años 70, como The Texas Chain Saw Massacre (1974) y utilizaba recursos del sexplotation de la época, en esta ocasión el director recrea las producciones de las primeras décadas del cine, desde los créditos iniciales, las escenografías y fotografía, el uso de la música y las actuaciones mismas, que resultan un poco teatrales a petición.
Suponiendo que estamos al tanto del destino de la anciana y sanguinaria asesina Pearl en la primera producción de la trilogía, en esta ocasión nos toca saber los motivos que la llevaron a convertirse en esa mujer ávida de fama y celosa tanto de la juventud, como de la belleza de sus víctimas. Para esto Ti West, en esta ocasión acompañado de su actriz protagonista, escribieron una historia que nos hace retroceder en el tiempo, hasta el lejano 1918, en un pequeño pueblo de Texas, donde una joven y cándida Pearl vive en una granja con sus padres inmigrantes alemanes y ultra religiosos. Él, a quien ni siquiera se le da un nombre más que el de Padre, permanece en estado catatónico, dependiente por completo de los cuidados de su esposa e hija; ella, Ruth, una mujer dominante y estricta que tacha a su hija de egoísta e inconsciente por la evidente obsesión de esta por la fama, así como por querer materializar sus aspiraciones y sueños artísticos, que la alejarían de la familia y, por ende, de ayudarla con el cuidado del padre enfermo. Todo esto, mientras Pearl espera el regreso de su esposo, Howard (a quien también vimos en X), ya que este se encuentra luchando en la Primera Guerra Mundial.
Hasta este punto, la historia podría sonar como un drama sobre aspiraciones y lucha por lograr sueños, si no fuera por el hecho que desde los primeros minutos se nos muestra que el estado mental de la protagonista no es del todo estable. Pearl pasa de tener una actitud casi infantil, a asesinar un animal en la granja sin el menor reparo, para luego abusar físicamente de su indefenso padre, lo que nos hace ver que la represión de su madre, con independencia de sus creencias religiosas, puede deberse a conocer que dentro de su hija se está gestando una oscuridad que amenaza con salir a la luz. Lo anterior comienza a volverse evidente debido a dos factores: el primero es la relación que la protagonista entabla con el proyeccionista del cine del pueblo (David Corenswet), también sin nombre, quien le permite entrar a ver las cintas que ahí se proyectan, así como otras de clasificación imposible de presentar ante el público que acude al lugar, debido a la censura que existía para el cine pornográfico en esa época; el segundo se da con la llegada al pueblo de un grupo de buscatalentos que están creando un espectáculo para recorrer el país, siendo su cuñada Misty (Emma Jenkins-Purro), quien la alienta a acudir ambas a la audición que se realizará. La conjunción de estos dos factores, así como la negativa de su madre para que realice la prueba, desencadenaran en la mente de Pearl una obsesión y violencia que resultará en una serie de situaciones de las que le será imposible regresar, una vez que los cuerpos comienzan a caer cada que alguien se opone a sus sueños.
Tal cual sucedió con X, en la superficie podría parecer que estamos ante una historia simple sobre una mujer que pierde la cordura y termina asesinando a diestra y siniestra a todo aquel que se le ponga enfrente, pero el director fue inteligente al momento de estructurar su historia, apoyándose en un cuidado escénico pocas veces visto para este tipo de producciones. De entrada, resaltan la serie de homenajes o referencias al cine clásico de Hollywood que se van dando a lo largo de la cinta, así como los recursos técnicos como la excelente fotografía de Eliot Rockett (mancuerna acostumbrada de Ti West), quien logró emular el tecnicolor para resaltar los colores (sobre todo los tonos rojizos que tienen suma importancia en este proyecto) tal como se hacía en las primeras etapas del cine a color. El diseño de arte es otro punto que enaltece esta producción, ya que tanto la granja con su campo de maíz, espantapájaros incluido, en una referencia (un poco perturbadora) al Mago de Oz, como las calles y decorados internos, están cuidados y realizados de forma impecable. Si a estos puntos les sumamos las partituras creadas en conjunto por Tyler Bates y Tim Williams (quienes sustituyen a la cantautora Chelsea Wolfe, responsable de la música y canción de la cinta anterior), que fueron creadas al más puro estilo del cine de los 30,40 y 50, se logra que el espectador por momentos sienta que está contemplando una cinta clásica y no una producción actual. Los rótulos iniciales y la manera de presentar la secuencia de títulos, así como el estridente apartado sonoro, redondean esta experiencia cinematográfica.
Ahora, hablando con la verdad y dejando en claro que visualmente la cinta es un deleite dentro de su género, si hay algo que encumbra esta película por sobre otras, es su protagonista Mia Goth. Con esto no quiero decir que el reparto completo no esté bien, porque lo está, sobre todo Tandi Wright en el papel de la madre, que nos recuerda a la de la Carrie de Stephen King, con su fanatismo religioso y moral añeja llevada al extremo; pero este es el show de una sola persona y esa es Goth. Los que pensaron que al interpretar un solo personaje en esta ocasión (en X dio vida tanto a la final girl, como a la asesina) su trabajo luciría menos, se equivocaron. La actuación de la protagonista, teatral a petición, como ya comenté, está cargada de matices y sutilezas que contrastan con la obviedad de las escenas que interpreta, así como con sus sangrientos crímenes. Pearl puede ser una asesina desquiciada, pero en la piel de la actriz se torna en una anti-heroína que se ahoga y lucha contra el yugo que la sociedad y su familia le han impuesto en todo sentido. Sí, sus actos están mal y no se defienden, pero se entiende ese quiebre que la lleva a la locura, después de pasar su vida bajo las órdenes de su castrante madre, en medio de una época en que la mujer no dejaba de ser un objeto más dentro de las propiedades de los hombres. Basta con ver la escena de la audición, que junto a ese encuadre final a su rostro, nos muestran el potencial de estrella, porque ella es una estrella (como la actriz ha recitado en ambas cintas), pero también una gran actriz que con este, su trabajo rompedor, el que la ha dado a conocer a las masas, deja de ser vista como “la esposa de Shia LaBeouf”, para conseguir su propio lugar en el firmamento de celebridades por mérito propio. Las nominaciones recibidas por este papel en las asociaciones de críticos de Austin, los dos grupos de Chicago, los dos de Columbos, Denver, Hawaii, Indiana, Minnesota, Nashville, así como la recibida por los Spirit Awards al cine independiente lo confirman. Irónico que el reconocimiento que no logró al trabajar bajo las órdenes de directores como Lars von Trier, Luca Guadagnino o Claire Denis, le haya llegado en un producto de este tipo. Tal vez esto se deba a que ella, necesitaba de un proyecto sí, algo que en apariencia pareciera sencillo, pero que en el fondo es mucho más de lo que las primeras capas nos muestran.
Pear es una cinta que no va a durar mucho en cartelera, sobre todo por encontrarse online desde meses atrás, pero que la gente debe ver porque se demarca de otras del estilo. Posiblemente funcione mejor para los que vimos X, pero puede ser apreciada por separado sin que esto merme su valor. Los fanáticos del género quedarán complacidos y los que no lo sean, por lo menos podrán contemplar una de las mejores actuaciones del 2022. Mia Goth vale el boleto, en este su despegue como celebridad, estado que no parece que vaya a pasar pronto, ya que queda por ver la extravagante, aunque genial, Infinity Pool de Brandon Cronenberg que se estrenará en los siguientes meses en nuestro país; pero, sobre todo, con el cierre de esta trilogía, que llevará por nombre MaXXXine, también con estreno para este 2023. Mia Goth llegó para quedarse.