Till Death (2021)
Durante el verano del año pasado, todavía con algunas de las restricciones por la pandemia y pocas opciones para ver en el cine, me topé con una cinta de la que no esperaba mucho, pero que terminó sorprendiéndome. ¿Por qué digo esto? Era la ópera prima de S.K. Dale, un perfecto desconocido que sólo contaba con 4 cortometrajes en su haber; sumado a esto la protagonista era Megan Fox, actriz que ha visto pasar su época de fama y que no es conocida por sus dotes histriónicos ni buen tino para seleccionar proyectos; para rematar, otro de los créditos en el reparto pertenecía a Aml Ameen, el actor que fue despedido de la serie Sense 8 debido a que resulto ser demasiado conflictivo. Aún con estos antecedentes, días previos había notado un poco de hype sobre la película en redes, por lo que decidí darle una oportunidad, misma de la que no me arrepiento en lo absoluto.
En esta ocasión, la bellísima actriz de espectacular cuerpo y cabellera envidiable, pero de talento cuestionable, interpreta a Emma, una bellísima mujer casada de espectacular cuerpo y cabellera envidiable, pero de lealtad y fidelidad cuestionables, que decide terminar una relación extramarital mantenida desde tiempo atrás con Tom (Aml Ameen), un empleado de su marido, debido a la culpa que la aqueja al saber que sus acciones no son correctas. La cinta pasa rápidamente a involucrarnos en su vida, al día siguiente en concreto, fecha en que se cumplen 11 años de matrimonio con Mark (Eoin Macken), un acaudalado hombre que la ayudó y apoyó a superar un ataque del que fue víctima años atrás, situación que la dejó marcada en varios sentidos, razón de que ella haya pensado en dar una segunda oportunidad a su relación.
Aplicando la clásica y tradicional, “una infidelidad que no se supo, es una infidelidad que no pasó”, Emma y su esposo salen esa noche a festejar a un lujoso restaurante, donde él le obsequia un collar de acero que parece costar más de lo que su servidor gana en un año, por representar la cantidad de años que llevan juntos. Al terminar la cena, le dice que le tiene preparada una sorpresa, llevándola a una cabaña retirada con paisaje nevado incluido, lugar donde pasan la noche más estereotípicamente romántica que el cine puede darnos, incluida una nota con el título de la cinta escrito en ella. Hasta aquí, todo parece pintar bien para la infiel rehabilitada, pero apenas abre los ojos a la mañana siguiente, descubre su muñeca esposada a la de su marido, el cual, antes de que ella pueda siquiera preguntar que está sucediendo, se da un tiro en la cabeza, bañándola en sangre y restos de cerebro, ante el asombro de la mujer que no entiende que es lo que acaba de ocurrir.
Pasada la impresión inicial, Emma trata de liberarse, descubriendo una misteriosa caja fuerte en el closet, junto con un vestido de novia, que la pistola tenía una sola bala, así como que todo objeto con el que pudiera liberarse ha desaparecido, su celular fue inhabilitado, lo que la obliga a avanzar por la casa con el cadáver de su marido a rastras. Como si la suerte se pusiera de su lado, encuentra las llaves del auto, por lo que llega hasta el vehículo, para encontrarlo sin gasolina, pero con una grabación del ahora difunto, en el que le cuenta que siempre estuvo al tanto de su amorío, por lo que todo eso es una venganza, a la que ha unido al amante en cuestión, quien llega al lugar debido a unos supuestos mensajes que ella le envió, y a su acosador, Bobby (Callan Mulvey), quien la odia por haber perdido un ojo y pasar 10 años en la cárcel. A partir de este momento, la protagonista debe hacer uso de su inteligencia si quiere salir con vida del peor día de su vida.
Hablando claro y directo, Till Death no es la película que el mundo estaba esperando, no reinventa el género y llega, sobre todo en su parte final, a cierto grado de situaciones por demás absurdas, lo cual es notorio al saber que ha pasado más de un año de su estreno y no logró trascender entre el público; pero, a pesar de esto y dándole el crédito que merece, es una producción totalmente funcional y efectiva que te mantiene interesado durante la casi hora y media que dura. Este es un thriller de acción, con una bella protagonista que trata de sobrevivir a una venganza extrema. Digamos que en ese sentido, se trata de una versión con los papeles a la inversa y menos psicológicamente lograda de Gone Girl (2014), con el suicidio pensado en esta última llevado a cabo, menos profunda, pero que lo que le falta en este sentido argumental lo compensa con adrenalina y entretenimiento puro, porque si hay algo en lo que cumple, es esto último. S.K. Dale, en este su primer trabajo como director, logra mantener el nivel sin que este decaiga en ningún momento, ya que, por el contrario, conforme avanzan los minutos, la tensión crece y el público se interesa en descubrir cuál será el destino de Emma, incluso sabiendo que parte de lo que le sucede es consecuencia de sus acciones y de haber terminado en una relación con un hombre más inestable de lo que parecía. Nota mental: los hombres ricos y que parecen parte del catálogo de la agencia Ford Models, pueden estar tan psicológicamente dañados como el acosador retratado en la película. Venga, ¿qué acaso la gente en este tipo de historias no sabe sobre el divorcio? Obviando esto último, el director muestra un pulso por demás estable para manejar una tensión difícil de lograr, sobre todo cuando todo ocurre en la misma locación, con pocos personajes y sin muchos recursos para jugar. Eso, por donde se vea, es un logro monumental en una época donde todo aburre y la gente se distrae si el ritmo baja por un par de minutos, cosa que nunca sucede en esta ocasión.
Si bien el guión de Jason Carvey no es una obra maestra, supera por mucho el de su primer trabajo, la mediocre cinta A New Wave (2006) y el que realizó como parte de la mesa de guionistas de la telenovela cancelada Desire (2006). El escritor sabe como ir creando los momentos de angustia para la protagonista, así como jugar con esta trama que parece una versión hogareña de una trampa de Saw, donde el personaje principal debe pagar por sus acciones, aprendiendo en el proceso o de otra manera no sobrevivirá. La Emma que escribió pasa de una mujer bella, pero insegura, que ha sido víctima de su físico en el pasado, para terminar sacando provecho del este en el presente, hasta que ya no puede seguir escudándose en esto para sobrevivir, por lo que debe actuar y crecer ante el espectador a marchas forzadas, pero todo de manera fluida. La historia juega con eso de que nadie sabe de lo que es capaz hasta que no se ve en la obligación de hacerlo, y nada como el instinto de supervivencia para despertar ese algo en las personas.
Pero si hay algo que levanta esta producción, cosa que jamás en mi vida pensé decir, es la actuación de Megan Fox. Sí, estoy al tanto de que comparo esta actuación con las anteriores de su filmografía, que las dos películas de Transformers y Teenage Mutant Ninja Turtles, sus papeles más famosos, no son material para desplegar tu capacidad actoral, y que en Jennifer’s Body (2009) no fue precisamente Katharine Hepburn, pero en esta ocasión demuestra que, igual que su personaje, bajo ciertas circunstancias, puede desenvolverse de manera más que solvente. Su caracterización tiene la suficiente fuerza para hacernos creer que esta dispuesta a todo para sobrevivir, que esta consciente de sus errores, pero no piensa seguir victimizándose por ellos. Una actuación tan funcional como la cinta misma, que lo que llega a tambalear en el lado emocional, lo compensa con aplomo y presencia en pantalla. La actriz no será recordada como una de las grandes en definitiva, pero esta película demuestra que la edad le ha sentado bien y que si se lo propone, puede conseguir proyectos donde luzca una faceta que no le conocíamos. Tristemente, de la fecha de estreno para acá, sus proyectos han vuelto a ser mediocres y olvidables, por lo que espero que algún director se arriesgue a contratarla para algo más que lucir bella en cámara lenta, como simple objeto decorativo, puesto que ha demostrado que ella puede con retos más grandes.
No hay mucho más que decir en esta ocasión, una reseña sencilla para una película que tiene la misma característica. Ya sea en alguna sala de cine o servicio de streaming, si es que la encuentran, véanla, Till Death es una producción totalmente disfrutable, que te mantiene pegado a la pantalla para saber cuál será la conclusión de ese calvario que atraviesa la protagonista. Una historia de venganza que se disfruta como lo que es, de la que no hay que esperar demasiado y que si se observa al tanto de esas dos características, es totalmente disfrutable y que puede hacer que se pregunten lo mismo que yo hace un año: ¿Acaso la mejor película que vi este fin de semana tiene a Megan Fox como protagonista absoluta?