Orphan: First Kill (2022)

En reseñas previas, específicamente la de Space Jam: A New Legacy (2021), hablé sobre las secuencias tardías; pues hoy hablo de otro tipo de secuelas (o precuelas) a las que podemos llamar “innecesarias”.  Para que una cinta se considere bajo esta etiqueta, deben reunir algunas características, como proceder de una película redonda, donde todo lo que se tenía que decir su dijo en su momento, sin arcos argumentales que permitan un desarrollo para continuar la trama; ser parte de una saga o franquicia que se ha estirado hasta el hartazgo por motivos económicos y ha cansado al público; un estreno en exceso tardío, a comparación del producto original, por lo que ya a nadie le importa lo que sucede con los personajes relacionados, aunque existen excepciones; ser un derivado de una cinta que no tuvo trascendencia o éxito, ha sido olvidada o que provenga de un producto base tan malo que nadie entiende la razón, salvo la económica, de realizar otra entrega que agrande la historia.

Aunque no todas las películas que caen en este esquema terminan siendo unos bodrios, y que resulta evidente que  algunas pudieron sonar prometedoras en papel o en la mente, seguramente saturada de narcóticos, de algún productor, bajo este esquema se han producido atrocidades como Staying Alive (1983), Speed 2: Cruise Control (1997),  Dumb and Dumberer: When Harry Met Lloyd (2003), Dirty Dancing: Havana Nights (2004), Son of the Mask (2005), Independence Day: Resurgence (2016), y llevándose la corona Basic Instinct 2 (2006) y sobre todo Showgirls 2: Penny’s From Heaven (2011), porque sí, eso existe y no tiene nada que ver con la original, pero sustenta el nombre como orgullosa secuela de uno de los más grandes descalabros fílmicos de los últimos 30 años.

Pues bueno, Orphan: First Kill tiene todo lo necesario para entrar en esta lista, ya que no existe una razón válida para haberla realizado, ya que los que vimos la primera estamos al tanto del pasado, condición y destino que tuvo el personaje de Esther/Leena. Ok, sabemos por una revelación casi al final, que hubo una familia previa que fue asesinada antes de llegar al orfanato donde mantiene a todos engañados, pero en 5 líneas de guíon se nos explica su enfermedad, origen, edad y todo lo que podría aparecer en una precuela, que es el formato utilizado para retomar su historia. Entonces, ¿por qué les pareció una buena idea realizar esta cinta?, y sobre todo, ¿cómo pensaban volverla atractiva para el espectador? Desde el título mismo se nos informa que se nos mostrará su primer asesinato, lo que nos hace pensar en esa primera familia, aunque esto no resulta del todo cierto, ya que se habla de otra previa a lo que sucede en esta ocasión, pero dejaré eso de lado para contar de que va en esta ocasión la trama.

La película inicia en Estonia, en el 2007, cuando una cándida e inocente maestra de arte, de nombre Anna, llega al hospital psiquiátrico Saarne, donde comenzará a trabajar. Apenas han pasado unos minutos de su recorrido guiado por el director de este, se les informa que la paciente más peligrosa que tienen ahí, nuestra Leena (Isabelle Fuhrman), se ha escapado de su habitación, por lo que todos entran en pánico, prenden alarmas y la resguardan en una habitación para su protección. Una vez la han dejado sola y bajo llave, se descubre que la paciente está también donde ahora se encuentra encerrada, por lo que todos pensamos en automático que la mujer será brutalmente asesinada y confirmamos que el hospital está dirigido por alguien no muy brillante, ya que el sitio donde estaba sentada la pequeña psicópata podía verse desde la puerta donde el director había pasado el tiempo suficiente como para percatarse de su presencia, pero no lo hizo. Incongruencias a favor del guión de lado, el personal llega a tiempo, salvan a Anna, Lenna no pone resistencia y regresa a su habitación. Acto seguido, por si alguien no vio la película original, se le cuenta a la maestra el pasado (asesinato de la familia incluido) y condición de la paciente, advirtiéndole que, a pesar de parecer una niña, no puede confiar en ella por ningún motivo.

Como si este consejo fuera sólo para la recién llegada, un guardia, cuyas perversiones pedófilas al parecer pesan más que su instinto de supervivencia, le hace unos obsequios a Lenna, para después entrar a su celda con intensiones más que notorias, situación que ella aprovecha para matarlo y escapar del hospital, siendo vista por Anna que se encuentra aún en su vehículo a un paso de tomar camino a su hogar. Ella regresa para contar lo que vio antes de marcharse, sólo para encontrarse con que la prófuga ha viajado con ella oculta en el maletero hasta su domicilio donde, ahora sí, la asesina a golpes. Es ahí donde Leena crea un plan para abandonar el país, buscando en la red niñas desaparecidas en Estados Unidos, encontrando a Esther Albright, aparentemente secuestrada años atrás, con quien mantiene cierto parecido, por lo que logra engañar a las autoridades para que avisen a su supuesta familia de su paradero y acudan a buscarla, cosa que sucede cuando Tricia Albright (Julia Stiles) llega hasta ese país para recuperar a su hija, al mismo tiempo que parece que viaja al pasado, ya que no se realiza ninguna prueba para verificar si en realidad se trata de la hija perdida (no ADN, no huellas digitales, no nada) o sin que el psiquiátrico emita alguna alerta sobre una peligrosa asesina que puede pasar por niña, por lo que su plan resulta fructífero y comienza a pretender ser la Esther que ya conocemos; aunque bajo el escrutinio del policía que llevó el caso de la desaparición y dudas por parte de la madre.

Todo esto ocurre en los primeros 20 minutos y es imposible hablar sobre el resto sin dar spoilers que revelen los giros que esta vez han decidido para la historia, pero diré que son por demás atinados, ya que hubiera sido un error emular la fórmula de la película anterior, sin tener aquella revelación argumental final que sustentaba la trama y la alejó por completo de otras cintas sobre niños asesinos. En este sentido, podríamos decir que esta producción tuvo más complicado el encontrar la originalidad, aunque lo logra al cambiar por completo lo que el público pudiera esperar con el trailer y el título de esta, que nos vaticinaba una reproducción simple de su material base; pero, a pesar de lo diferente que pueda parecer y que la mayoría no lo note, la trama es casi idéntica, sólo que más retorcida, a la del episodio 5, de la temporada 19, de Law & Order: Special Victims Unit, que se titula Complicated.

Como dije al inicio, Orphan: First Kill es una película completamente innecesaria, cosa que se refleja en una taquilla que no ha podido alcanzar los 20 millones de dólares de manera internacional, lo cual es mucho menos que los 77 de su predecesora. Razones hay muchas, como su estreno hibrido, los 13 años que los separan de la primera o que, a pesar de haberse vuelto una referencia de cultura popular y ser parodiada en múltiples ocasiones, Orphan, la original, nunca logró volverse una de las películas de suspenso o terror de las que el público abraza con pasión, por lo que otra historia con Esther como protagonista no era esperada por casi nadie; venga, Jeepers Creepers generó un mayor hype por su tercera parte y eso que fue un producto directo para video. Pero, a pesar de esto, de las incoherencias a las que llega para sustentar su trama y del parecido que pueda tener con el episodio mencionado, esta precuela es por mucho superior a la anterior. También sé que la primera entrega no era Casablanca, por lo que tampoco es que el listón estuviera muy alto, pero se debe dar crédito a lo logrado en esta ocasión.

Lo primero que hay que aplaudir, es que la manera en la que fue estructurado el guión le ayudan mucho, sin hablar tan sólo del giro argumental, sino del momento en que se revela. Todo el primer acto es un poco errático en su ritmo, no logra conectar o atrapar del todo, se siente lento y brusco en su edición por momentos, con un segundo tan corto e intrascendente que parece no existir, por lo que cuando llega el tercero, con la revelación que cambia todo lo que hasta el momento creíamos estar entendiendo y que se da mucho antes que en otras películas, sobre todo cuando se trata de una tan corta como esta (1h 39min), aún quedan más de 40 minutos en los que la trama toma giros de acción y supervivencia que elevan el ritmo hasta la recta final, donde lo ilógico vuelve, con resoluciones sacadas de la manga, pero que para ese momento ya no importa porque la película se ha tornado lo suficientemente entretenida para que olvidemos que estamos al tanto de lo que sucedió con el personaje dos años después (en esta la protagonista tiene 31 años, dos menos que en la original). El que hayan decidido jugar un poco con los tiempos y el personaje mismo le brinda cierto nivel que le aumenta algunos escalones. 

Los efectos prácticos, ya sea seleccionados por gusto o presupuesto, ajenos en su totalidad al CGI que ahora abarrota hasta las producciones donde no son necesarios, son un acierto total en esta ocasión. Desde las dos actrices que sirvieron como dobles de cuerpo para ciertas escenas, el uso de zapatos con plataformas de 15cm para que todos parecieran más altos que Esther, las tomas en picada y otros recursos, como el que Fuhrman tuviera que realizar algunas de sus escenas caminando en cuclillas, hacen imperceptible el crecimiento y paso del tiempo en la actriz.

Y ya que he llegado a ella, es Isabelle Fuhrman quien logra lo poco o mucho que pueda llegar a valer esta producción.  Porque puede que Julia Stiles, otrora promesa juvenil de la actuación no cumplida realice su papel de la forma más eficaz y creíble que sus diálogos, así como el manejo que le dieron a su historia le permiten, ya que siempre ha tenido el talento para sacar cualquier personaje adelante,  y en esta ocasión le regalan uno de esos que gustan por ciertas actitudes; pero es Fuhrman la que se enfrenta al reto de interpretar más de una década después a esa mujer atrapada en el cuerpo de una niña, cosa que puede ser fácil a los 12 años que tenía cuando se grabó la original, pero a los 25 que tiene ahora, es mucho más complicado y, apoyada por el departamento de maquillaje y peluquería, logra replicar en lo físico su caracterización, haciéndonos olvidar ese detalle. Las pocas capas agregadas a la historia de Esther también le ayudan al momento de proyectarnos la rabia y malestar de una mujer que ha tenido que valérselas por sí misma para sobrevivir en un mundo que la rechaza, incluso se burla de ella por su enfermedad, lo que la ha llevado a realizar muchos de los actos atroces que le conocemos, sin justificarla, pero abriéndonos el panorama de lo que es vivir atrapada y traicionada por tu propio cuerpo. Por mucho, su actuación es lo mejor de la película.

En definitiva Orphan: First Kill no es una gran película, pero logra separarse y superar a su predecesora, lo cual ya es un logro. Innecesaria como dije, incongruente en muchos sentidos, pero entretenida en su trama final, sin llegar a tener algún punto memorable por el que sea recordada, más allá del desempeño de su protagonista. Posiblemente funcione mejor en países como el nuestro, donde se reciben estos productos con entusiasmo o entre los pocos fanáticos más vehementes de la original, pero para el público general no será más que otra película de suspenso genérica, de esas que se olvidan hasta que comienzan a programarlas en televisión, donde terminan encontrando a su verdadero público. Esperemos que en esta ocasión si sea la ultima vez que tengamos a Esther haciendo de las suyas, ya que no encuentro una razón válida para realizar otra cinta sobre el personaje.