“No me han dejado olvidarme que soy de acá”: Daniel González, cineasta
“Quiero contar historias que me atañen”, dice Luis Daniel González, director de cine originario de Torreón, quien inició su carrera en la Ciudad de México y ha tenido la oportunidad de dirigir proyectos como “45 Grados a la sombra”, cortometraje ganador del Festival Nacional de Cine en Torreón.
Este año Daniel regresa a su ciudad para filmar “Aire y Polvo”, proyecto ganador de un apoyo económico por parte del Imcine, que nace de la necesidad de contar una historia norteña sin exotismo.
Este cortometraje narra la historia de un padre y su hijo quiénes tendrán que enfrentar una pérdida familiar mientras arreglan el aire acondicionado de su casa en plano verano torreonense. Pronto se darán cuenta que lo que los asfixia no es solo el calor…
Daniel comaprtió que “muchas veces nos vemos representados a través de la violencia y de un paisaje inhóspito. Esta pequeña historia busca rescatar un poco de la humanidad que se vive cotidianamente en nuestras ciudades, una realidad inmersa en un clima complicado pero con gente que siempre busca salir adelante”.
En un café del centro de la ciudad, el joven que se desempeña principalmente como cine fotógrafo, comentó que este proyecto seleccionado para ser financiado por IMCINE, nació en medio de la pandemia. “Estábamos haciendo una película en Sonora que tuvimos que parar a la mitad por la pandemia, me dieron la oportunidad de dirigir la segunda unidad de la película “Trigal”. Nos tuvimos que quedar un mes más, entonces nos pusimos a escribir esta historia”.
¿Cuándo empiezas a filmar?
“La última semana de agosto, estamos tocando puertas para que nos den apoyo, traer a la gente del elenco y producción implica más gasto”.
El cortometraje contará con las actuaciones de Gerardo Trejo Luna y Alejandro Berumen. El equipo de producción se destaca por su trayectoria nacional e internacional en el séptimo arte.
¿Cómo se te ocurrió regresar a Torreón a filmar esta historia?
“Tengo cierta inquietud de retratar historias que me atañen, para mí es muy chistoso porque desde que me fui me apodaron ‘Torreón’. Así me dicen, así se me conoce allá en la Ciudad de México.
Nunca me han dejado olvidarme que soy de acá, para mi es importante mostrar un poco de esa cotidianidad. Más porque si ves que de repente vienen a filmar al norte, pero no está ligado a una realidad que se viva cotidianamente, estamos repletos de historias que reflejan nuestra cultura, más allá de un paisaje inhóspito como es el desierto. Es muy importante que el cine sea honesto, creo que tratamos de poner ese granito de arena.
Pocas veces nos hemos visto representados con historias de gente común y corriente, es muy bonito que cada vez que digo ‘cuando se suben a cambiarle la paja al aparato’, todo mundo se ríe. Todo esto es porque yo me subí algunas veces con mi papá a cambiar la paja”.
Debido a que en la capital del país no es usual este tipo de refrigeración, al tener conversaciones creativas con la gente de producción ha tenido que dibujar cómo funciona un aparato de aire lavado.
“Yo hubiera sido feliz con un aparato de aire lavado allá, son esas cosas que viviendo aquí uno dar por hecho, a mi me parece muy bonito retratar esto cómo es para una pequeña familia el tener que subirse a cambiar la paja”.
El joven director compartió que el Imcine en los últimos años ha tratado descentralizar los recursos:
“Pero muchas convocatorias son sobre el paisaje del desierto, para mi es importante entender la vida citadina que genera otra clase de historias. Hay muchas películas que retratan esa realidad, como la violencia, en manos grandes cineastas. Pero al final están estas pequeñas historias que también nos suman un poco. A mi me emociona, cada vez que lo cuento, cada quien tiene una reacción diferente. Aquí en Torreón cada uno de nosotros tiene una relación con esto, pero yo nunca lo he visto en el cine”, finalizó.