180 Grados

180 Grados, 2013

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Salvador (Manuel García-Rulfo) ha vivido de engañar gente. Es inescrupuloso y no le importa el daño que provoca. Hasta que se mete con el hombre equivocado y su vida depende lo que parece ser un absurdo: que un futbolista de rodilla lesionada rinda en la cancha, lo cuál es una apuesta azarosa.

Ahora que el destino lo llama a cuentas, el tipo se da cuenta que ha vivido en el error y que debe emprender, en su propia vida, un cambio de actitud radical, como señala el título de esta propuesta de cine regiomontano.

El director y guionista Fernando Kalife hace una película a su gusto, con una moralina implícita. En forma de mensaje cristiano, entrelaza las historias de un grupo de personas a las que la vida les ha cambiado por circunstancias diversas que tienen que ver con una nueva forma de ver al mundo. Si eres malo, pero decides obrar con bien, quizás tengas remedio.

Sofy (Elizabeth Valdez) es abandonada por su novio (Luis Gerardo Méndez) que se desentiende de ella al saber que está embarazada. El padre de Sofy es un sicólogo (Eduardo Blanco) que espera que ella regrese a él, para que pueda ayudarla. Fernando Becerril es un empresario que tiene que soportar la altanería de Salvador, que lo tiene sometido en una compra-venta de local.

Y así se van tejiendo historias a lo largo de 80 minutos. Y Salvador cierra el círculo, al pretender a una chica con la que aprenderá el valor de la honestidad.

Al final todas las piezas se acomodan y Kalife logró colocar su mensaje de superación y filosofía positiva, con apego a las buenas costumbres y a los dictados de la Iglesia.

Trae buenos diálogos, y por ahí aparecen figuras de Rayados de hace ya más de una década, lo que refiere que la película se estrenó con años de demora.

(PG-13. Orientación de los padres a menores de 13 años)

@LucianoCamposG