Eternals (2021)
“When you love something, you protect it”.
Antes de empezar, dos puntos:
El primero, es que padezco de un fanatismo desmedido por Angelina Jolie (también amo a Salma Hayek, pero no al mismo nivel), por lo que, sin importar la calidad de la película en la que aparezca, yo correré al cine a verla, así se trate de Maleficent 19 o Tomb Raider 34. Nunca superaré lo que simbolizó para mi verla en el lejano 1998, interpretando a la supermodelo Gia Carangi, actuación que le daría el segundo de sus tres Golden Globes consecutivos. Explico esto, porque el simple hecho de verla en pantalla me provoca la misma euforia desquiciante que siente una adolescente hormonal en un concierto de BTS; pero intentaré ser lo más imparcial que pueda.
El segundo punto, que ya tiene que ver directamente con reseñar un producto cinematográfico, es el explicar que hay películas que son mucho más difíciles de definir o comentar que otras, y creo que ese es el caso de Eternals.
A estas alturas, salvo que se viva bajo una piedra o en una cueva alejada de toda recepción wifi, es bien sabido por todos que la cinta ha sido tan mal recibida por la crítica, como el mandato de Claudia Sheinbaum en la CDMX. No sólo eso, la han posicionado como la peor de todo el MCU hasta la fecha, aunque con una aceptación media por parte del público. ¿Coincido con este pensar? No, para nada. ¿Creo que es una buena película? Tampoco he dicho eso.
Entrando sin mucho rodeo en esta ocasión a hablar de la película, creo que su principal problema ni siquiera tiene que ver con el producto en sí, sino con todo lo que la rodeó. Las expectativas son unas infelices que pueden jugar en tu contra y que, al menor atisbo de imperfección, permiten saltarte a la yugular como hienas sobre una cebra herida en un documental de Discovery Channel. Y eso creo que es lo que está sucediendo en esta ocasión.
Lo primero que, a mi punto de vista, juega en contra de la producción, es la directora misma Chloé Zhao, quien también le metió mano al guión como ha hecho con sus, apenas tres, películas anteriores. Nota, con esto no digo que no sea buena, que no haya realizado bien su trabajo, pero, aunque pudo haberlo hecho mejor, el aire de directora independiente, profunda y contemplativa pudo hacer pensar a cierto sector del público que se toparía en las salas con algo mucho más artístico de lo que resultó. Zhao viene de ganar un Oscar, por una de las películas independientes más premiadas de los últimos años, apenas la segunda mujer en hacerlo en la categoría de dirección en la historia, lo que la dota de un aire de artista pura sangre que no termina de reflejarse del todo en esta ocasión. Otra cosa que, pienso, daña la percepción de la película, es el insufrible fandom base de las películas de Marvel, mismos que están acostumbrados después de 25 películas a una fórmula que, si bien se ha venido modificando desde el inicio de la 4ta etapa de este universo, ha cimentado en la mente colectiva del público los parámetros de lo que debe ser una película de este estilo. En esta ocasión, podemos decir que la cinta deambula entre los dos espectros a lo largo de un metraje que para muchos es excesivo, y que, al parecer, al final, no ha terminado de gustar del todo a los dos polos que esperaban cosas muy específicas. Las expectativas antes mencionadas no cumplidas.
Como puede notarse, decidí en esta ocasión, más que hablar de la película en sí, lo cual haré más adelante, centrarme en el fenómeno de opiniones que se ha dado sobre esta. A diferencia de otras ocasiones, donde evito exponerme a cualquier crítica o comentario que pueda modificar mi pensar sobre una cinta, esta vez he leído un sinnúmero de estas, para tratar de entender la razón de semejante rechazo. Salvo algunos puntos en común en varias, como la duración o la manera de narrar algunas cuestiones, pareciera que los expertos y algunos miembros del público no logran ponerse de acuerdo en la razón de su malestar. Algunos se quejan sobre los flashbacks (los mencionaré en un momento), mientras otros están encantados con ellos; el desarrollo de personajes es nulo para algunos, mientras que otros consideran que fue algo acertado; la selección del reparto más inclusivo del que se tiene memoria en este universo ha sido aplaudido por algunos, pero intensamente criticado por otros; el tiempo en pantalla tan dispar de algunos actores ha molestado a varios (yo entre ellos, ya que para mí Angelina debía aparecer en cada encuadre del film), mientras otros entienden que se tuvo que centrar en pocos para guiar la historia. Como menciono un párrafo antes, pareciera que todos esperaban algo diferente al momento de ingresar a la sala, para resultar decepcionados al no ver lo que esperaban, desenvainando sus espadas, en la forma de plumas y tecleos en sus laptops para dejar salir toda esa frustración.
Pero ahora, ya que esta es mi opinión sobre Eternals, hablaré según mi experiencia al ver la película. Para empezar, yo no me aburrí en ningún momento, no sentí la duración “excesiva” que muchos comentan. Posiblemente se deba a que para mí una película donde un personaje permanece 10 minutos contemplando por una ventana sin moverse no me genera mayor conflicto, las escenas “largas” y “evitables” no me aburrieron en lo más mínimo. Eso sí, se pudieron prescindir de 15 minutos de metraje sin el mayor problema. Pero esa es una cuestión técnica de la que muchas producciones adolecen últimamente, pensando que más tiempo hace un producto mejor definido y hasta profundo. En este caso, sólo lo segundo se logra, y cosa de la que hablaré más adelante, creo que estos personajes no nos fueron presentados en un formato con la duración adecuada.
Eternals, como casi todo producto cinematográfico, sobre todo de estudio, está dividida en tres actos, los cuales especificaré a continuación:
El primero, bastante sólido y funcional, nos muestra la llegada de estos seres, en una misión a la que han sido enviados por los Celestiales, seres que pertenecen a una muy alta jerarquía en lo que a poder universal se refiere, miles de años atrás, a un planeta tierra primitivo que es asolado por otros seres espaciales llamados Deviants, empeñados con arrasar con la raza humana. Nuestros héroes hacen su presentación, con logrados efectos especiales y secuencias de acción a lo Marvel, luciendo espectacularmente atractivos, salvando a los habitantes de la tierra, antes sus ojos ingenuos que los contemplan como dioses que han llegado en su auxilio. Esta parte sirve para presentar al variado grupo de personajes, sus habilidades, rasgos y, sobre todo, la mitología que los rodea; aunque sin profundizar verdaderamente en ninguno de los aspectos. Todo parece marchar bien, los malos son poco a poco arrasados, los Eternos ayudan a la humanidad a evolucionar y mejorar su calidad de vida, que es la principal causa de su presencia en la tierra. Es en este momento, pareciendo que el conflicto se ha solucionado, cuando su líder, Ajak (interpretada, en un cambio de género para la película, por nuestro, o por lo menos mío, orgullo nacional Salma Hayek), les indica a sus compañeros que ha llegado el momento de separarse, para que cada uno puedo vivir su vida como mejor le plazca, hasta que sean convocados de nuevo por Arishem, el Celestial al que idolatran y siguen ciegamente, cual mexicanos con la virgen en un 12 de diciembre.
El segundo acto, que creo es el que mayor cantidad de problemas tiene, se da una vez que el grupo se ha separado y el tiempo viaja hasta la actualidad, donde algunos de ellos se han adaptado mejor que otros a interactuar con los humanos. Todos ocultando su origen, claro está. Este recurso de separar al grupo base, hubiera funcionado mejor si de entrada se nos hubiera presentado una interacción más prolongada entre ellos, que facilitara percibirlos como algo más que un conglomerado de seres seleccionados al azar para trabajar en conjunto, a pesar de, según se nos indica por medio de letreros que muestran el paso del tiempo, llevar siglos colaborando unidos en pro de la raza humana. Todo pasa tan de prisa, que cuando llega el momento de separarse, el público no ha logrado ni siquiera acostumbrarse a la amalgama de personalidades y funciones de cada uno. Si en el formato televisivo, que permite por su extensión, la solidificación del núcleo estelar, la separación de un grupo ha provocado el rechazo de algunos sectores (las segundas temporadas de Stranger Things y Penny Dreadful lo hicieron notorio), en una película, sobre todo de presentación de personajes como lo es esta, no se cuenta con el desarrollo suficiente para que la decisión se torne trascendente. Venga, no es lo mismo separar a los Avengers después de dos películas en conjunto, que hacerlo pasados 30 minutos de la primera entrega. Pero bueno, la decisión narrativa se tomó y es esta separación la que da pie al verdadero conflicto de la trama, mostrándonos al personaje de Sersi (Gemma Chan), quien se ha adaptado a la vida en la tierra sin mayor problema, acompañada de Sprite (Lia McHugh en el que es posiblemente el personaje más difícil y desarrollado de la película) y de su ahora pareja sentimental Dane Whitman (Kit Harington en un papel que trata de servir como una de las partes cómicas de la trama, sin mucho éxito, pero que se sabe tomará importancia en futuros proyectos). Todo parece ir bien en la vida de la Eterna, cuando un día cualquiera, después de un terremoto, el trio es atacados por un Deviant en apariencia evolucionado, al cual logran vencer gracias a la repentina aparición de Ikaris (Richard Madden), quien había acudido en su búsqueda, preocupado por sus excompañeras a causa del temblor. Con la presencia del monstruo en cuestión, es evidente que su misión en la tierra debe retomarse, dándose a la tarea de reagrupar a todos los Eternos para poner fin a la raza que ha regresado para amenazar la tranquilidad humana. Lamentablemente, y debido a la gran cantidad de personajes, este acto se torna demasiado largo, haciendo que se pierda un poco el ritmo de la película.
El tercer acto comienza una vez que todos, salvo excepciones que no contaré para evitar spoilers, vuelven a encontrarse, dejando ver conflictos pasados, evoluciones en algunos personajes, dudas sobre su misión, develación de secretos de los que tan solo una minoría estaba al tanto, anagnórisis sobre algunos personajes, peleas espectaculares, efectos especiales mostrados con grandilocuencia y, en resumidas cuentas, todo lo que conlleva un desenlace de una superproducción como esta.
Podría parecer que acabo de hablar de cualquier otra producción de Marvel, pero la realidad es que no, ya que, si tengo que definir esta película con una sola palabra, esta sería “diferente”. Chloé Zhao, apoyada por una muy publicitada libertad total por parte de Marvel (aunque tengo mis dudas del alcance de la palabra total en este tipo de casos), se encarga de que su producto se note diferente del resto. De entrada, la estructura narrativa se diferencia de las demás por el uso de flashbacks que nos narran diversas situaciones y conflictos de los personajes por separado, como lo son el romance entre algunos de los eternos, con su respectivo final abrupto; los problemas mentales de otro de ellos, que han provocado un aislamiento total para evitar dañar a los demás; las dudas por parte de otro con respecto al comportamiento de los humanos y la posibilidad que ellos tienen de impedir catástrofes de las que sólo son espectadores. Todos estos viajes al pasado, si bien ayudan con la estructura del guión, explicando algunas situaciones que de otra manera no tendrían sentido, por momentos cortan el ritmo de la cinta, entorpeciendo la narración en lugar de agilizarla. El montaje mismo utilizado para presentarlos no ayuda, ya que el espectador tarda en alguno de ellos para identificar que la trama ha viajado al pasado, ya que no se utiliza ningún aspecto técnico para hacer evidente que ya no se encuentran en el presente, algo que se ha llevado de mejor forma en otros productos y formatos, como la serie Lost, en que se utilizaba un sonido característico para indicarnos lo que estaba sucediendo.
Otras de las cuestiones que separa del resto a esta producción, son algunas cuestiones “atrevidas” dentro de la trama, como contar con la primera escena de sexo dentro de este universo, aunque la misma es tan inocente que bien pudo no estar, y no es que uno quiera ver algo gráfico y burdo, realizado según los estatutos del Dogma 95, pero la misma fue tan comentada, que cuando llega el momento se siente tan ingenua como un telefilme de Hallmark Channel; aun así es un paso adelante en cuanto al hecho de caminar por un sendero más adulto en estos productos. La presencia del primer superhéroe homosexual es otro de los, muy criticados por las morales rancias de los más conservadores que han tachado a Marvel de venderse a la agenda LGBT, aspectos que hasta el momento no se habían manejado por la compañía. Todo muy cuidado, muy familiar, muy correcto, porque no deja de ser Disney, pero también es un gran avance en este sentido. Aunque creo que el mayor atrevimiento en el guión, no es ninguno de estos dos, sino el hecho de hacer mención al superhéroe insignia de su competencia DC, con una broma referente a Superman en el segundo acto de la película; algo que en definitiva, ningún seguidor de Marvel esperaba.
Como dije al principio, Eternals es una película difícil de definir. Un producto caótico, tanto en el mal, como buen sentido que pueda utilizarse la palabra, que se queda a medias en casi todos los aspectos, por tratar de abarcar mucho terreno en un formato que no lo permite. Mitad obra de autor, ya que la mano de Zhao se nota en su tratamiento de personajes y realización técnica, que la verdad sea dicha, es sobresaliente, como lo demuestra la hermosa fotografía con la que cuenta y el logrado diseño de producción; mitad blockbuster genérico, porque las arcas de Marvel se deben llenar a como dé lugar. Los conceptos filosóficos e ideológicos de unos héroes que muchos no conocíamos y jamás se habían mencionado en las entregas previas del MCU están presentes, pero sin llegar a saber del todo las raíces de estos, esperando posiblemente a una segunda parte donde se tratarán a conciencia, y por lo mismo, ninguno de los personajes llega a volverse entrañable. La mayoría de los actores hacen los que pueden con lo que se les brindó, que es mucho tomando en cuenta la gran cantidad de personajes que son, teniendo cada uno su momento de lucimiento, aunque sin llegar a deslumbrar. Salma Hayek esta correcta como la líder Ajak, pero le falta fuerza y no impacta como su personaje lo amerita; Angelina Jolie repitiendo lo que viene haciendo desde hace 15 años como heroína de acción, lo cual no es crítica como tal, ya que conoce la formula y lo hace a la perfección, con una o dos escenas donde nos recuerda que también es actriz, pero nada más; Kumail Nanjiani robándose algunas escenas debido a que su personaje es el encargado de llevar a cuestas la parte cómica de la trama y lo aprovecha; Lauren Ridloff, primera actriz sordomuda dentro de la franquicia, quien no necesita emitir una sola palabra para proyectarnos sus sentimientos; Ma Dong-seok como el guardián protector del grupo, con una de las escenas más emotivas del metraje; Barry Keoghan como el Eterno rebelde que no se encuentra cómodo con su misión; y Brian Tyree Henry, el inmortal vuelto padre de familia que haría lo que fuera por defender la felicidad que ha logrado en la tierra. Todos ellos correctos, cumpliendo, pero con personajes que no fueron definidos del todo, en pro de conceder protagonismo a Gemma Chan y Richard Madden, quienes al final ocupan más tiempo en pantalla y representan una dualidad de pensamiento dentro del grupo de superhéroes. Menciona aparte merece la joven Lia McHugh con un personaje lleno de frustraciones, anhelos imposibles de cumplir, remordimientos y un abanico de emociones muy difíciles de proyectar en tan poco tiempo que aparece en pantalla.
Fanatismo religioso contra lógica, evolución, conciencia ecológica, emociones humanas, igualdad de razas y géneros, y demás temas son tocados apenas por encima en una película que posiblemente hubiera funcionado mejor como miniserie, ya que, y a pesar de la criticada duración, el tiempo de la proyección no alcanza para que las intenciones de una realizadora por demás capaz logren decir todo lo que quiere. Chloé Zhao, sus guionistas y su reparto se esmeraron en darnos un producto diferente, lográndolo, pero lamentablemente no se le puede dar gusto a todo mundo; mucho menos cuando se te otorga la responsabilidad de crear un coloso cinematográfico como este. Por el momento la película ha funcionado bien en la taquilla, pero sin llegar a cifras sobresalientes, situación que esperemos no afecte al momento de decidir volver a reunir a un grupo que, si bien no ha logrado el empuje necesario, te provoca el sentimiento de saber más sobre ellos. Por lo menos eso sucedió conmigo.