Free Guy (2021)

Antes que otra cosa, debo decir que tuve que esperar un par de días para hablar de esta película. El motivo, es que la disfruté de sobremanera. Como ávido consumidor de videojuegos, la avalancha de referencias sobre este tipo de productos durante la proyección provocó que dejara de lado toda posibilidad de objetividad. Como siempre he pensado que gusto y calidad son dos cosas muy diferentes, y que algo no es bueno únicamente por el simple hecho de que te sientas identificado o lo hayas disfrutado, es mejor esperar a que las emociones bajen y se pueda observar un producto de la manera correcta. Dicho esto:

Press Start.  

La historia: un personaje con una vida estable, sumergido en la monotonía, repitiendo todos los días la misma rutina, padeciendo un conflicto de inconformidad que parece no ser compartido con su entorno, ya que todos lucen felices con su día a día. A esto debe sumársele la incapacidad de este personaje para abandonar su alienante vida, así como la ciudad en la que habita, cuestiones que parecen no importarle a nadie más que a él. Como tercer punto, un detonante, el cual sirve para que el héroe en cuestión se aventure al cambio y luche contra todo lo que le impide realizarlo, descubriendo que su papel en el mundo que deambula es mucho más importante de lo que él pensaba.

¿Les suena familiar? Esta narrativa la hemos visto antes en diferentes productos previos, desde The Truman Show (1998), hasta The Matrix (1999), por citar algunos. En dichos filmes, la formula se repite en cada uno de los aspectos mencionados, una a manera de critica a los medios de comunicación en formato de drama cómico; mientras la otra es un despliegue futurista de ciencia ficción, con su respectiva cuota de análisis social. Sobre la misma premisa se basa la película que ahora reseñamos, Free Guy, del director Shawn Levy, conocido por su trilogía de Night at the Museum, donde ya había experimentado, hasta cierto punto, con una trama parecida. 

Esta ocasión, el centro de todo es Guy, un tipo amable y simpático, que todos los días despierta de buen humor, escucha Fantasy de Mariah Carey, saluda a su pez dorado, desayuna el mismo platillo cada mañana, viste de caqui y azul sin variar en ningún momento, y compra un café en el trayecto a su trabajo como cajero en un banco. Todo realizado con singular alegría. A él parece no importarle que Free City, la ciudad donde vive, sea atacada diariamente por una ola de crimen y violencia, en la forma de explosiones, persecuciones en helicópteros y autos deportivos, atracos a negocios de la zona e incluso que su lugar de trabajo sea asaltado a mano armada un día sí y otro también. Guy es feliz con el mundo tal como es, con la excepción de su constante anhelo por encontrar a la mujer de sus sueños, misma que su mejor amigo Buddy, guardia de seguridad del banco, no deja de reiterarle que no existe. Pero entonces un día, cuando ambos se dirigen a laborar, se topa en la calle con la representación viviente de sus fantasías, la chica que ha estado esperando toda su vida, tarareando su canción favorita. El flechazo es instantáneo y nuestro protagonista intentará por todos los medios acercarse a ella para conocerla, a pesar de las evidentes diferencias entre ambos. Ella usa lentes oscuros y él no, por lo que su relación es imposible, según las palabras de su amigo. En este punto es cuando todo comienza a parecer sospechoso en el mundo de nuestro héroe. Y no es que la aparente indiferencia a su extraño entorno no lo sea por sí misma, sino que pareciera que la vida en general intentara evitar dicho encuentro, el cual, como dicta la norma, se da una vez que el protagonista rompe algunos de los paradigmas de su cotidianidad. Es entonces cuando la realidad se le presenta y su mundo cambia para siempre, ya que descubre que su ciudad esconde un secreto que busca la mujer que atrajo su atención, mismo que puede evitar la destrucción del lugar en el que habita.

Do you want to continue?

Cuando la base de tu trama ha sido vista ya, un realizador tiene la difícil tarea de dotarla de una personalidad propia que la separe de sus comparaciones directas y eso es lo que logra Levy en esta ocasión. Tomando como base un guión de Matt Lieberman (The Addams Family/Playing with Fire), complementado por Zak Penn (The Avengers/Ready Player One), el director crea una película que tiene como escenario el mundo de los videojuegos en línea. Así pues, mientras en las historias antes mencionadas los estelares eran un hombre cuya vida era transmitida, sin saberlo, las 24 horas del día a manera de reality show, y un hacker inmerso en un mundo tecnológico, en momentos históricos en que la televisión tenía un mayor poder sobre la sociedad y el internet se encontraba todavía en una fase incipiente y llena de escepticismo, las mentes detrás de esta nueva realización han optado por una actualización, centrando el peso argumental en una NPC de un juego sandbox online, que no está al tanto de su realidad y comienza a actuar fuera de su programación, una vez que se enamora del avatar de una usuaria a la que ayuda en su búsqueda de un código secreto oculto en el juego, generando caos y desconcierto entre el resto de los personajes como él. Todo esto, mientras la historia salta entre el mundo virtual y el real, haciendo evidentes las diferencias entre ambos escenarios.

Entendiendo que no todo el mundo está familiarizado con el mundo gamer, empezare explicando algunos de estos términos. Una NPC es un personaje no jugable dentro de un videojuego, que puede tener cierto peso en la trama o ser un simple extra que repite las misas acciones una y otra vez mientras la partida esté iniciada. Este último es el caso del personaje central de Free Guy. Un sandbox es un tipo de videojuego, por lo general de mundo abierto, donde se tiene una capacidad de acción y libertad superior a otros. Al ingresar pueden o no realizar una serie de misiones, o simplemente deambular por el mundo ficticio interactuando como mejor les plazca.

Press any button to continue.

Con lo anterior definido, podemos decir que el director y su equipo creativo logran una maravilla visual, con un guión por demás divertido, aunque rayando en lo infantil, que logra retratar fielmente la cultura de los videojuegos y sus jugadores. Todo lo que se necesita para lograrlo está ahí, desde la creación de los escenarios, vehículos y armamentos que evocan las ciudades y dinámicas de éxitos como Grand Theft Auto y Fortnite; los diseños extravagantes y sofisticados, aunque comunes entre la comunidad gamer, de los avatares seleccionados para interactuar en el juego ficticio; la evolución del personaje central conforme va elevando su nivel, consiguiendo una mejora en su estilo de vida, cual sucede en este tipo de juegos; el manejo de recursos a los que los usuarios estamos acostumbrados, como la adquisición de armas, bonus y misiones que se superponen a la ciudad una vez que Guy adquiere la visión de jugador;  hasta los errores de programación (bugs) y versiones beta (no terminadas) que muestran algunos personajes. Para la parte relacionada con el mundo real, los cameos que realizan algunos streamers y jugadores online tales como Ninja, Pokimane y Lazarbeam, entre otros, terminan por redondear por completo la atmosfera de la película.

En la parte narrativa todo fluye sin sentirse forzado, con referencias y alguna que otra burla al mundo de los videojugadores que pasan sus días conectados ya sea a una consola o computadora para adentrarse en un mundo donde pueden ser y hacer lo que quieran sin las limitaciones que el mundo real supone. La escena donde se contrapone la vida virtual, frente a la verdadera, del usuario que ha creado el avatar interpretado por Channing Tatum es de lo mejor de la película. Aunque posiblemente sea la parte perteneciente a la vida real la que pueda llegarse a sentirse un poco floja ante el despliegue visual y cómico de su contraparte computarizada, no desentona o disminuye el nivel de la película en ningún momento, ya que los actores y sus problemáticas son llevadas con gracias dentro de lo que es posible.

Y ya que hemos tocado el tema del reparto, la película es el show de Ryan Reynolds, quien parece haber encontrado en las comedias de acción el nicho para volverse superestrella, dotando a su creación de la gracia, carisma e ingenuidad necesaria para volverla entrañable. Si bien por momentos parece recordarnos, sobre todo por la inocencia de ambos personajes, la interpretación de Jim Carrey en la mencionada Truman Show, el manejo corporal del actor, basado en la movilidad que tienden a tener los personajes virtuales, logran separarlo del referente. Mención aparte merece su segunda caracterización dentro de la trama, en el tercer acto, como Dude, una versión mejorada y sin terminar de Guy. Reynolds aparte, la película cuenta con un electo que cumple con lo que espera de ellos: Jodie Comer, demostrando los alcances de su rango actoral, alejándose de la oscuridad de la adorable psicópata que la lanzó a la fama en la serie Killing Eve, interpretando un casi doble papel, como Millie/Molotov Girl, programadora que busca la verdad en el mundo real y heroína de acción, así como interés romántico en el virtual; Taika Waititi como el excéntrico villano, dueño de la empresa que produce Free City y que trata de ocultar a toda costa el secreto que busca exponer Millie; Joe Keery, extraído de las filas de la serie Stranger Thing por petición del director, productor de esta, como el antiguo socio de la protagonista, ahora un trabajador más dentro de las filas de la empresa del personaje antagónico. Junto a ellos, una serie de participaciones especiales tales como Channing Tatum, ya mencionado anteriormente; Chris Evans, con el cameo mas llamativo de la película; y Hugh Jackman, Dwayne Johnson, John Krasinski y Tina Fey prestando sus voces para algunos personajes.

Game Over.

Aunque posiblemente la película funcione mejor entre un público familiarizado con el mundo del que habla, no es necesario estar inmerso en este para que sea disfrutable. El excelente recibimiento en la taquilla (es una de las pocas películas que se han estrado únicamente en cines, dejando el formato hibrido para más adelante) parece demostrar que el público la ha recibido con entusiasmo, a pesar de las dudas iniciales por haber sido una de las producciones que quedaron en el limbo de la adquisición de Fox por parte de Disney, y el retraso provocado por la pandemia. Tal vez la popularidad ganada por algunos juegos como Fortnite, Among Us y Animal Crossing, debido precisamente al encierro, tenga que ver con esto; la escasez de superproducciones en la cartelera puede ser otro factor de peso; o simplemente se deba al encanto de la película, que es mucho. Como dije al principio, puede que la historia no sea nada que no hayamos visto antes y peque de infantil, con mensaje inspirador incluido, pero en definitiva es una buena manera de pasar un rato agradable, si lo que buscas es distraerte y divertirte.