Se va una de las mejores poetas, Tamara Kamenszain
La poeta, ensayista, docente, bibliotecaria, periodista y editora Tamara Kamenszain, autora de diversas obras entre las que se incluye títulos como “La boca del testimonio”, “Una intimidad inofensiva” y “El libro de Tamar”, murió este miércoles a los 74 años de edad, en la ciudad de Buenos Aires como consecuencia de un cáncer, al menos fue lo que mencionaron los familiares.
Nació en Buenos Aires, en 1947. Sus libros de poesía en La novela de la poesía quedaron reunidos en un solo tomo, sus diez libros dedicados al género, le valieron entre otros reconocimientos el Konex de Platino en 2014, el Premio de la Crítica de la Feria del Libro, el Primer Premio de Poesía Festival de la Lira, el Primer Premio Municipal de Ensayo, la beca de la Fundación John Simon Guggenheim y la Medalla de Honor Pablo Neruda del Gobierno de Chile.
Mientras que en El libro de Tamar, publicado por Eterna Cadencia en 2018 y con el que incursionó en la narrativa, encaraba sus propias memorias autobiográficas y las de una generación de autores que había hecho su irrupción en escena en los 70 y se vio atravesada por la experiencia trágica de la última dictadura.
Uno de sus últimos libros publicados fue “Libros chiquitos”, donde compendia desde autores que la estimularon a escribir, clases que le mostraron nuevas formas de lectura y escritores que la ayudaron a ampliar los sentidos de su oficio como periodista o bibliotecaria en distintos momentos de su vida.
“La gente en general suele acercarse a leer poesía cuando tiene que digerir alguna situación límite, si no, le suelen huir y dicen que no la entienden. Lo mismo para quien escribe poesía: se dice que los mejores poemas suelen tener que ver con muertes cercanas, grandes pérdidas, como si uno encontrara en el reservorio del género algo más directo para decir. Ahí las metáforas caen, dejan de ser artificios y se pliegan a lo real”,
sostuvo en diálogo con Télam a propósito de la publicación del libro, que forma parte de la colección Lectores de la editorial Ampersand.
No renegaba de los géneros, si lo que le tocaba era leer o escribir. Tampoco la desvelaba el reconocimiento: su compromiso con la literatura con la escritura, que además era un trabajo, en los hechos era íntimo y estético, y por ende inclaudicable.
Sin duda una mujer increíble que nos deja un claro ejemplo sobre la dedicación, el esfuerzo, pero sobre todo el amor por la lectura y la escritura.
Referencias: clarin.com, telam.com