Las de 40 y más
¿Cómo somos las mujeres de 40 y más? Hace tiempo que quería escribir sobre esto. Me motivó más leer comentarios en twitter de alguien que afirmó que desde esta edad, las mujeres sexualmente ya no valen la pena. Bueno, ya saben la tunda de críticas que le llovieron a este personaje y la cantidad de mujeres de 40 que subieron sus fotos en perfecto estado físico y con una belleza singular.
Pero no quería referirme a la belleza, que no está de más decir, es diferente en esta década: hay un dejo de misterio en las miradas y el andar de las mujeres a esta edad, donde en muchos casos ya no importa tener el cuerpo perfecto, la preocupación femenina se vuelca a otras áreas de la vida, sin que deje de existir el cuidado personal.
Quería referirme a lo exhausta que se empieza una a sentir en esta edad. Cuando hemos sido mujeres con una acelerada vida profesional, no queremos permitirnos el descanso, no queremos quedarnos atrás porque ahí vienen las millennials con su dominio del mundo digital, con su facilidad para iniciar proyectos, aunque los dejen a medias. Sobre todo, con esa juventud que les permite malos hábitos, desveladas, mala alimentación y con todo ello puedan salir adelante cada día.
Somos adictas al café matutino, aunque la gastritis y colitis se apodere de nuestras vidas a menudo. Las que trabajamos de mañana, no tenemos tiempo para ser fitness porque en las tardes atendemos a los hijos y posiblemente a otro trabajo. Con frecuencia tenemos que lidiar con migrañas, bajones de ánimo, menstruaciones más molestas.
Queremos estar y no estar en muchas partes, valoramos a las amistades que se quedaron cuando tuvimos hijos y ya no gozamos del mismo tiempo para ir de fiesta los fines de semana. Quisiéramos tener la energía para hacer la vida social que podíamos hace 10 o 20 años, pero hubo un momento en que decidimos estar más tiempo en casa.
Nos cuesta dormir a pierna suelta. En tiempos de pandemia el insomnio nos visita cada vez más y quisiéramos ser todo lo multitask posible: resolver una casa, uno o dos trabajos, mantener en primer plano la vida familiar y de pareja, no morirnos de estrés cuando el tiempo no nos rinde y el dinero no nos alcanza.
Quisiéramos no ser juzgadas por sentir que la vida misma nos persigue y preocuparse por ello cada día.
Da miedo aceptar el paso del tiempo en esta edad. Da miedo saber que cambiamos cada día junto con nuestra piel, nuestra vitalidad y nuestra energía. Da miedo reconocerse mayor y cansada, aun cuando en el fondo nos miramos al espejo y descubrimos que hemos labrado una vida imperfecta, pero que aun nos emociona. El paisaje afuera, sí, aun es nuestro.
Twitter: @Lavargasadri
Interesante, disfruten su edad, cuando lleguen a la mía verán que eran unas bellas jóvenes.