Moonrise Kingdom: Un Reino bajo la Luna
(Moonrise Kingdom, 2012)
Una pareja de niños, preadolescentes boy scouts, deciden escapar y vivir una gran aventura juntos, a la orilla de una paradisiaca ensenada.
Es 1965. Los chicos que se han conocido brevemente continúan una amistad, que crece por correspondencia, y se sienten muy cercanos. Emprenden la huida, como una forma de liberación espiritual buscando la libertad que no tienen en casa. Por lo menos ella, que se siente atrapada en el hogar con sus padres rígidos.
El director Wes Anderson es un genio. Su estilo de dirección, tan peculiar, hace que, incluso, las actuaciones queden subordinadas a su talento. Es creador de un género único, en el que prevalecen las ironías de la vida, las casualidades y, en el aspecto técnico, una reiteración hacia las tomas de encuadres perfectamente equilibrados, con un enfoque teatral.
Como escritor es mágico. Son entrañables los personajes de la pequeña Suzy y el taciturno Sam, los niños protagonistas, que se quieren como amigos y como amigos quieren estar juntos. Anderson es muy cuidadoso en establecer un juego infantil, despojándolo claramente de otras intenciones.
Lo que se ve es una cinta divertidísima, llena de virtudes técnicas.
(PG-13. Orientación de los padres a menores de 13 años)
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