Crepúsculo: Luna Nueva

(Twilight: New Moon, 2009)

La saga Crepúsculo se convirtió en un mega éxito de taquilla y ameritó que, de inmediato, fuera extendida la franquicia cinematográfica con la secuela de la primera entrega que impactó a los adolescentes con una fantasía romántica de vampiros y licántropos en el nuevo milenio.

El casting se mantuvo desde el inicio. El director Chris Weitz manejó muy bien el atractivo de Bella (Kristen Stewart) Edward (Robert Pattinson) y Taylor Lautner quien aquí adquiere más relevancia, en su papel de hombre lobo protector, amigo y enamorado de la muchacha.

La situación, como es de esperarse, se pone densa. Edward debe retirarse de Bella, porque su cercanía la expone al peligro, aunque ella se siente irresistiblemente enamorada de este vampiro noble y valeroso que, sin embargo, emigra a tierras lejanas.

Hay una serie de mensajes confusos que hacen suponer al joven quiróptero que su amada se ha quitado la vida, por lo que él también decide hacer lo propio, aunque la situación termina arreglándose. Más o menos.

Hay buenas secuencias de acción, aunque esta secuela es solo una continuación muy mediana, que prepara para lo que viene, el gran salto que dará Bella, despojándose voluntariamente de su condición humana, buscando la inmortalidad junto con su amado.

Y quedan tres películas para terminar la serie.

(PG-13. Orientación de los padres a menores de 13 años)

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