El teatro también se reinventa

La pandemia del coronavirus llevó a las y los artistas mexicanos a reinventarse muy pronto: su papel ha sido fundamental, como bálsamo para el público en estos ocho meses de confinamiento. El medio del teatro no es la excepción.

Proyectos como el National Theatre Live de Londres ya nos habían mostrado que el teatro puede llegar a los espectadores vía las pantallas con una gran calidad, sin embargo, en ese entonces el público tenía que acudir a las salas para disfrutar de estas producciones.

Con la llegada del Covid, no hubo otra opción. Artistas de los escenarios tuvieron que aprender de la mano con cineastas y expertos en cortometrajes, cómo llevar la experiencia escénica al público por medio de las pantallas, sin perder esa magia y esa poética tan peculiar en el teatro y que no se comparte con el cine o la televisión.

Este 27, 28 y 29 de noviembre se presenta el estreno en México de El Paraíso de la Invención, obra teatral protagonizada por Marina de Tavira, Alfonso Herrera, Regina Blandón y Catalina Zavala, creada durante el confimamiento, con la producción de Talipot Studio y MIO Projects, en la Plataforma de streaming Teatrix México.

En esta historia, Marina de Tavira y Alfonso Herrera dan vida a un emotivo y desgarrador drama, en donde retratan la historia de una familia muy particular que a simple vista no se puede catalogar. Durante la puesta, su actuación lleva al espectador a conocer sus más profundos pensamientos, donde sobrellevan sus heridas y complejidades.

La pluma de la dramaturga Isabela Coppel relata la vida de estos personajes y la dirección esta a cargo de la reconocida directora Lorena Maza. Los personajes principales navegan a contracorriente en una sociedad manipulada por la simulación, lo políticamente correcto, así como las falsas preocupaciones sociales, donde harán lo posible para reconciliarse con su pasado, su presente, y, sobre todo, con lo que planean hacer hacia el futuro.

El día de ayer se presentó la función de prensa, donde se pudo apreciar una historia contada cien por ciento con recursos teatrales. Las escenas se desarrollan en el teatro, en el escenario y en las butacas.

También se utiliza una especie de foso para abrir paso a la recámara de la niña, personaje que juega un papel crucial: mostrar el poder de la imaginación y la capacidad de adaptación de los infantes a la dura realidad, y que es realmente asombrosa.

Aunque sabemos que dada la trayectoria del elenco, esta obra cuenta con recursos económicos y herramientas de calidad en la producción (algo que no está alcance de todas las compañías escénicas del país), su propuesta es interesante porque le muestra al público que el teatro, aun en pantallas y sin público en la sala, no deja de ser teatro.

Se apoya en las cámaras, en la producción cinematográfica, en la tecnología. Pero sigue siendo un acto que guarda una extrema relación con la poesía, la literatura, con la música, con la danza; y es mucho más libre, podría decirse, que lo que se puede descubrir en el cine o en la televisión.

Muchos teatristas están apostando a la venta de boletos para sus puestas en escena por medio de diversas plataformas. Se siguen presentando festivales con funciones gratuitas y otras con costo, y aunque es menor, la cantidad de público dispuesta a pagar por un boleto para una funcion online; aun hay público para esto.

Ojalá que El paraíso de la Invención no sea la única obra teatral que corra con éxito en su temporada. Que el teatro, como las demás bellas artes, no pierdan ese poder de provocarnos una catarsis y una reflexión, tan necesaria en estos días.

No dejemos de apoyar las funciones en streaming de las demás compañías escénicas en nuestra región y en nuestro estado.