Para leer en cautiverio

El aislamiento al que nos obliga la estrategia de distanciamiento social puede ser terriblemente aburrido y desesperante si solo estamos pensando en la libertad perdida y las actividades tan placenteras de las que nos estamos privando. Podemos visualizarnos como prisioneros, indudablemente, y sufrir; o podemos aprovechar el tiempo para hacer algo diferente que nos enriquezca la vida. La diversión está en la variedad.

He visto muchas personas recomendando la lectura como una actividad para acelerar el reloj que todos llevamos en la cabeza. Cuando hacemos algo divertido e interesante el tiempo vuela. Indudablemente esta actividad nos permite escapar del cautiverio autoimpuesto si podemos concentrarnos en la lectura, cosa un poco complicada si se nos dificulta desconectarnos de la realidad.

Muchas de las recomendaciones apuntan a libros clásicos, novelas casi todos. Sin duda son obras extraordinarias que nos convendría leer alguna vez -por algo siguen vigentes a pesar del tiempo transcurrido. Son recomendaciones excelentes para quien ya tiene el hábito de la lectura, no para quien se inicia en esta aventura de escapar volando con las alas de la imaginación. Quien lee habitualmente tiene una pila de libros pendientes. Esas recomendaciones tal vez sólo sirvan para hacer más grande la pila.

Si piensas iniciarse en el tenis -hagamos un ejercicio de imaginación- y un buen día decides comprarte todo el equipo y lanzarte a jugar a la cancha más cercana, es muy probable que termines frustrado y aburrido el primer día. Con toda seguridad encontrarás jugadores más hábiles que tú que no te dejarán tocar la bola más que en el saque, si acaso. Cualquier entrenador recomendará iniciar con algunos ejercicios sencillos para ir adquiriendo las habilidades básicas, mejorando la condición física y fortaleciendo ciertos músculos. El nivel de complejidad de tales ejercicios aumentará paulatinamente según la velocidad con que mejores tus habilidades. 

Con la lectura pasa lo mismo. Si decides empezar con Rayuela (Julio Cortázar), por ejemplo, con toda seguridad abandonarás el intento en las primeras páginas convencido de que aquello no es para ti. Este libro es un verdadero reto aún para quien lee con regularidad.

Mi recomendación, si decides iniciar esta maravillosa aventura, es empezar con cuentos cortos. Son breves, tienen solo una línea argumental y usualmente terminan con finales sorprendentes. 

Otra opción son los Best Sellers de 200 páginas o menos. Aunque tu amigo lector se burle de ellos, para ti serán un excelente inicio. Si perseveras en el esfuerzo pronto entenderás a qué se refieren las burlas y tú mismo buscarás lecturas un poco más complejas. Como no aspiras a ser crítico literario, sino a escapar del cautiverio, lo más importante es que te diviertas leyendo.

A continuación, me permito recomendar algunos cuentos y novelas cortas fáciles de leer y muy divertidas. Todas pueden bajarse de la red y algunas hasta son gratuitas:

  • Un día en la vida de Ivánn Denisovich. A. Solyenitzin. Novela cortísima que relata un día en la vida de un prisionero en Siberia en los años de la Guerra Fría.
  • El llano en llamas. Juan Rulfo. Cuentos muy interesantes que hablan de la vida en tiempos de la Revolución Mexicana. Mucho más fácil de leer que Pedro Páramo.
  • Farenheit 451. Ray Bradbury. Novela corta. Es un clásico de la literatura de ciencia ficción que relata la vida en el futuro, cuando el hombre ya resolvió el problema de los incendios y los bomberos se dedican a quemar libros.
  • Norte: Una antología. Eduardo Antonio Parra, escritor norteño, recogió cuentos escritos por norteños, o que hablan del norte de México. Están ordenados por la fecha en que se publicaron. Los más viejos son de hace cien años. 
  • El Decamerón. Boccacio. Deliciosa serie de cuentos picarescos escritos en los albores del Renacimiento. Un clásico.
  • El fantasma de Canterville. Oscar Wilde. Una familia de norteamericanos, materialista y descreída se muda a vivir en un castillo medieval inglés habitado por un fantasma. Divertidísima comedia con final romántico que relata las tribulaciones del fantasma para conseguir que los norteamericanos se espanten. Cuento.
  • El Capitán Alatriste. Arturo Pérez Reverte. Esta novela la escribió el autor como ejercicio para complementar la educación de su hija de 13 años al darse cuenta de que los libros de texto le dedicaban menos de una página al Siglo de Oro español. La hija hizo la investigación bibliográfica. Novela corta de aventuras que relata la vida de un veterano de lo tercios españoles que se gana la vida como matón por encargo. Es la primera de la saga. Todas son buenísimas.
  • Días de Combate. Paco Ignacio Taibo II. Un ingeniero renuncia a su puesto en una trasnacional para tomar un curso de detective por correspondencia en los años posteriores al 68 en la ciudad de México. Novela negra llena de crítica social. Es la primera de la saga. Tuvo tanto éxito la saga que el autor mató y revivió varias veces al protagonista ante la demanda de sus lectores.
  • La vida inútil de Pito Pérez. José Rubén Romero. Un borracho de pueblo, inteligente y pícaro, le cuenta su vida al autor a cambio de una botella cada día. Es un relato interesante, lleno de humor y reflexiones de un hombre que se ha perdido en el alcoholismo. Está ubicado en un pueblo mexicano en los años posteriores a la Revolución Mexicana.