Deadpool & Wolverine (2024)

Cuando Disney adquirió los estudios Fox en el 2019, una de las preguntas que más se repitió tuvo que ver con el futuro del antihéroe Deadpool, ya que sus dos cintas habían logrado buenos comentarios, grandes cantidades de dinero y una base de fanáticos sólida, pero no embonaban con el perfil del universo de superhéroes PG-13 que la casa de Mickey Mouse había desarrollado para Marvel, debido a la violencia, irreverencia y cierta cantidad de contenido sexual que se incluían en sus tramas. 

Como Disney no podía dejar pasar la oportunidad de incluir a un personaje tan exitoso, dio luz verde a una tercera parte, manteniendo la clasificación R e iniciando su proceso de desarrollo en el 2022, acompañada de toneladas de expectativas, mismas que sólo aumentaron con el pasar de los meses, hasta este fin de semana que por fin ha llegado su estreno, con una preventa que ya deja ver que el estudio no se equivocó al traicionar sus valores fundamentales en pro de la ganancia económica, puesto que Deadpool & Wolverine parece que se convertirá en uno de los éxito indiscutibles de este año. 

En esta ocasión no hablaré de la trama, ya que es mejor no saber nada de esta antes de llegar a la sala más allá de lo visto en el trailer, por lo que sólo puedo decir que sí, Wolverine (Hugh Jackman) la coprotagoniza, pero el cómo lograron revivir al personaje e incluirlo en la trama debe ser descubierto al ver la película; así como el hecho de que Deadpool (Ryan Reynolds) trate en esta ocasión de volverse un héroe verdadero tampoco debe revelarse, ya que es el motor completo de la historia. Lo que sí se puede decir es que la cantidad de cameos y referencias a otras cintas son tan numerosos que hace ver a Spider-Man: No Way Home (2021) como una principiante a comparación. Aquí hay nostalgia de sobra, aunque con el acostumbrado humor del personaje. 

¿Está la cinta al nivel de las anteriores? Es posible que este sea uno de esos casos en que esto no importa en realidad, ya que su valor recae en cumplir con las expectativas de los fanáticos, más que en aspectos técnicos y artísticos de producción; pero ya vista, dejando fanatismos de lado, creo que logra sin problemas cumplir en casi todo sentido, a pesar de tratarse más de una enorme broma contra el sistema capitalista que impera en los estudios, que una película como tal. 

Al escribir la palabra casi, quiero decir que tratando de buscar algún punto en que basar una crítica, este podría ser su historia general. El guión en esta ocasión, si bien funcional y lleno de líneas ingeniosas que, como siempre, rompe la cuarta pared mezclando su mundo con cuestiones de la vida real (las burlas referentes a la 4ta etapa del MCU y el caos que significó un multiverso que prefieren olvidar no tiene desperdicio), ha terminado siendo el más caótico al tratar de satisfacer necesidades tanto sentimentales, como mercadológicas, sacrificando un poco la coherencia o el sentido. Esto no debe extrañarnos, puesto que las cintas de Deadpool siempre han tirado para ese lado, pero en esta ocasión, salvo que seas un fanático acérrimo, la película puede resultar confusa en su estructura por diversas decisiones que se tomaron, cosa que pudo notarse en la sala en la que yo asistí.

Sumado a esto, una villana que no termina de ser tan espectacular como se esperaba (algo que viene sucediendo en los últimos proyectos del estudio) y el tratar de confirmar de la manera más notoria posible que tanto este personaje, como los X Men (algo que inició desde Doctor Strange in the Multiverse of Madness hace dos años con la inclusión de Charles Xavier), ya son parte de este universo, hacen que por momentos la cinta pierda equilibrio en su narración. Deadpool & Wolverine es un enorme producto realizado para complacer a sus fieles fanáticos, un entrañable final para el universo de superhéroes creado por Fox; pero sobre todo es gritarnos a la cara que, en contra de su voluntad, el personaje ya forma parte del MCU. Dos aspectos dentro de un mismo guión que le permiten ampliarse en toda dimensión posible, pero que de la misma manera los limita, sobre todo cuando la cinta resulta corta a comparación de otras que ha producido el estudio, por lo que algunas situaciones tienen que quedarse sin una explicación o cierre redondo. 

Aunque reitero, incluso escarbando hasta lo más profundo, es imposible no sucumbir ante el esfuerzo que ha realizado en esta ocasión Ryan Reynolds para darle al espectador lo que merece. Puede que el hype haya sido cubierto a medias, pero es entendible cuando el universo de expectativas creadas en la mente colectiva era un monstruo que, sin importar el presupuesto que se le diera a la cinta, era imposible de llenar. Aun con esto, las risas en la sala y las respuestas naturales entre el público (sobre todo con algunas apariciones muy especiales) demuestran que se dio en el blanco en más de una ocasión; aunque hubo otras (y no pocas) en que fue muy notorio que muchos no comprendieron las referencias que se nos mostraban. Y ese es otro punto para mencionar, ya que la trama está plagada de ellas, ya sea para decir adiós a personajes conocidos, que ya no forman parte del canon del poderoso Disney; como burla a otros que nunca llegaron a verse en pantalla, ya que sus proyectos nunca despegaron; o para hacer mofa de productos que no funcionaron y terminaron en el cementerio cinematográfico. 

Pero esta película se llama Deadpool & Wolverine, personajes en extremos populares, interpretados por actores igual de celebres, causantes de la manada humana que ha acudido a los cines en los primeros días de proyecciones y, fieles a la verdad, responsables de que esta funcione como lo hace, ya que cada uno muestra todo su talento cómico y el amor con que se entregaron a sus papeles. Jackman es amigo íntimo de Reynolds, principal motivo (dejando la enorme suma de dinero que debió recibir por su participación) para que este se animara a retomar su papel más emblemático y la complicidad entre ambos se nota, volviendo a la mancuerna una de las mejores y con mayor química que se han visto en este tipo de producciones, a pesar de la diferencia de personalidades de ambos. Su carisma y magnetismo de superestrellas al servicio de unos diálogos que no dejan a nadie sin ataque o burla, demostrando que esto puede que ahora sea Disney, pero que tendrán que soportarlos tal cual son si los quieren dentro de sus filas. Ellos son lo mejor de la película, ellos son la película.

Y como esto es Disney, donde si se nota una gran diferencia es en el presupuesto, más grande que el de las dos entregas anteriores juntas, al servicio de una trama que ahora utiliza recursos de un universo más amplio, donde igual se entrelaza con la serie Loki y se menciona prácticamente todos los personajes que se han usado en el cine. Todo a una escala mayor en este apartado, desde los efectos visuales, hasta las perfectamente coreografiadas escenas de pelea donde los protagonistas se lucen como nunca. Todo enorme, brillante, explosivo y espectacular, porque así se debe ser cuando perteneces a ese estudio; pero manteniendo su núcleo, sin traicionar lo que lo ha separado del resto y lo vuelve único, por lo menos hasta esta cinta, porque del futuro no podemos hablar.

Imposible dar un cierre a este escrito dejando fuera el lado fanático, ya que en lo personal disfruté la cinta al extremo, cosa que como espectador debo agradecer; pero si debo hacerlo de manera objetiva, entonces debo decir que no es la mejor de las tres, no es perfecta claro, ninguna lo es y en el caso de Deadpool nunca se ha pretendido lograrlo. Funcional en extremo, divertida, irónicamente sentimental y disfrutable en su totalidad, resultando por mucho la mejor del estudio en años recientes y abriendo todo un mundo de posibilidades para proyectos con temas adultos en ese enorme universo tan cuidado y políticamente correcto que se había mantenido hasta el momento. Deadpool llegó para quedarse, pero sobre todo para cambiar un esquema de negocios que agonizaba y que parece ha encontrado a sus mesías, el “Jesús de Marvel” como el mismo se autodenomina en la película, para hacernos ver que, a pesar de decir al inicio del metraje que “Disney es tan estúpido”, parece que no lo es, ya que no creo que esta sea la ultima vez que veamos al personaje y otros como él estelarizando producciones de este tamaño.