El Jinete sin Cabeza
(Sleepy Hollow, 1999)
El mago Tim Burton alcanza uno de los momentos culminantes de su carrera con El Jinete sin Cabeza, una relectura del clásico de horror escrito por Washington Irving. Literatura de carácter universal, inspiración para incontables versiones en todas las épocas, esta tiene, como gran acierto, la asombrosa mezcla de terror y comedia que se consigue al juntar a Johnny Depp, contenido y magnífico, con Christopher Walken, aterrador y fascinante, como el despiadado soldado decapitado, que regresa del más allá buscando venganza con su espada implacable.
Con una impresionante fotografía del mexicano Emmanuel Lubezki, que le da a la película un aspecto oscuro y sobrecogedor, la historia se ubica en el Siglo XVIII, en las afueras de Nueva York. En una aldea conservadora, comienzan a aparecer hombres muertos, todos decapitados, por lo que es enviado al lugar un detective que descree de la tortura y se basa en la ciencia, como método para resolver los crímenes.
Sin embargo, lo que atestigua va más allá de su entendimiento, por lo que deberá recurrir a todo su valor y astucia para resolver el misterio que encierran esos acontecimientos horripilantes.
La cinta es sobrecogedora. El ambiente campirano y lúgubre luce perfecto para los ataques del ser de ultratumba. Las persecuciones son espectaculares, con una cámara que se mueve al ritmo frenético de los carruajes y los caballos en pánico, cuando son perseguidos por un hombre que no tiene cabeza y que se desplaza como un rayo sobre un corcel diabólico.
El Jinete sin Cabeza es un excelso thriller sobrenatural, que se disfruta por sus escenas de acción, el misticismo sobrecogedor y las grandes actuaciones de sus protagonistas.
(R. Restringido; menores de 17 deben estar acompañados de sus padres)
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