Bajos Instintos

(Basic Instinct, 1992)

El paso del tiempo ha ubicado a Bajos Instintos como un referente del thriller erótico, y una lección sobre cómo escandalizar con temáticas originales y, sobre todo, con situaciones nuevas en la pantalla.


No se había visto antes, de manera tan seductora y explícita, un sencillo cruce de piernas durante un interrogatorio policiaco, que se convirtió en una escena clásica de la cinematografía universal.

Joe Eszterhas crea un guión irresistible, con una gran energía sexual mezclada con un misterio lleno de pistas falsas, que constantemente hacen suponer que el culpable no es quien parecía.

Sharon Stone es presentada aquí como la nueva bomba sexy del cine. Con cuerpo de escultura griega y desinhibida frente a la cámara, hace una admirable interpretación de la cínica escritora de novela policíaca que es sospechosa de homicidio, por el hecho de que un crimen fue copiado de uno de sus libros.

Michael Douglas es el duro policía gatillo fácil encargado de investigar a la mujer quien, con una extraña habilidad, lo envuelve en un juego de seducción para convertirlo en su amante. Hechizado por los encantos de la vampireza, el detective deja de conducir sus pesquisas con objetividad, lo que enrarece aún más la búsqueda del asesino.

Bajos Instintos es una cinta interesante, con explícitos juegos de cama.

Los adultos que no la conozcan, van a hacer un gran descubrimiento. Y los que ya la vieron pueden revisitar esta aventura de cine negro, llena de salvaje pasión.

(R. Restringido; menores de 17 deben estar acompañados de sus padres)

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