Rudo y Cursi
(Rudo y Cursi, 2008)
El genio de la pluma Carlos Cuarón escribe y dirige esta que es una de las mejores películas mexicanas del nuevo milenio.
Soberbia comedia, mezcla intensidad futbolera con crítica social sobre las formas inescrupulosas que algunos usan para prosperar. Presenta como estelares a los frescos Diego Luna y Gael García, que reciben los motes que le dan título a la historia. Son los hermanos Beto y Tato, que tienen talento excepcional para jugar futbol y son descubiertos por un pícaro promotor que los hace ascender lo que, paradójicamente, provocará su ruina personal.
Toda la anécdota es una oda hacia lo que significa ser un naco, en su mayor y más clara acepción. Estos muchachos viven en un pueblo empobrecido, que es como estampa del subdesarrollo de la zona. Crecen en medio de la infracultura y cuando descubren el mundo, la molicie y el confort, tratan de interpretar todo desde su propia perspectiva, en la que prevalecen el mal gusto y las buenas intenciones.
El destino los lleva a colocarse en bandos opuestos de la competencia, y deben luchar a muerte por la gloria.
Se percibe el gusto de Cuarón por el futbol. Las escenas en el terreno de juego son muy bien logradas, en un universo inventado del balompié profesional, que es una clara parodia de la liga mexicana, la fabricación de sus estrellas y cómo se desubican, cuando reciben atención masiva y colectan dinero, que pueden derrochar como nunca antes en su vida.
Rudo y Cursi es una maravilla.
(R. Restringido; menores de 17 deben estar acompañados de sus padres)
Netflix
@LucianoCamposG