En busca de Bobby Fischer
(Searching for Bobby Fischer, 1993)
En las películas de ajedrez, la emoción se concentra en un tablero.
Aunque parece un aburrido juego de concentración y cerebro, en realidad es una ciencia en la que, como aquí se sostiene, tiene en el fondo un sustento de arte.
El guionista Steven Zaillian interpreta y dirige esta historia familiar basada en el libro del periodista Fred Waitzkin, que narra desde adentro la experiencia de su propio hijo prodigioso, Josh (Max Pomeranc), quien antes de pasar a la adolescencia, sorprende al mundo, al derrotar a todos los jugadores de Estados Unidos y convirtiéndose en un gran maestro.
Como cine deportivo, explora las inquietudes de un chico que ni siquiera sabe que tiene un gran talento oculto y quien, al descubrirlo, se muestra indiferente ante su propio potencial. Por eso se niega a avanzar más en la técnica del juego y hasta rechaza la tutela de un severo profesor, interpretado por el siempre interesante Ben Kingsley.
Con el éxito en el horizonte, el que se desequilibra es el padre (Joe Mantegna), quien tampoco está preparado para lidiar con la habilidad del chico, por lo que comienza a exhibir una conducta errática, buscando protegerlo de las distracciones que lo acechan, para desviarlo de su camino al éxito.
Es un drama sobre niños con una enorme capacidad de concentración, y un final emocionante, con dos de ellos, frente a frente, peleando por la supremacía de la disciplina.
(PG. Orientación de los padres)
Netflix
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